Usar calcetines ayuda a conciliar el sueño
Si usted es de los que tiene problemas para dormir, debería probar a usar calcetines a la hora de irse a la cama. Parece extraño y a la vez demasiado simple, pero tiene su explicación en la regulación de la temperatura corporal, lo cual, según los investigadores, es una parte necesaria en el ciclo de sueño. Los humanos nos pasamos alrededor de un tercio de nuestra vida durmiendo, pero al contrario de lo que consideran algunos, que ven al dormir como una pérdida de tiempo, cada hora de sueño bien aprovechada es calidad de vida. Es por esta razón que los problemas del sueño se convierten cada vez más en afecciones de salud que atender.
Numerosas investigaciones buscan dar explicaciones a los fenómenos asociados a las dificultades para un buen dormir, de modo que al entender los procesos puedan dar consejos a las personas aquejadas por este tipo de problemas. En ese sentido, una recomendación que quizá no han atendido quienes padecen de insomnio, es la de irse a la cama con calcetines. Esta práctica no recalienta los pies, sino que ayuda a la regulación de la temperatura interna del cuerpo.
Según publica el sitio Muy interesante, un estudio publicado en el 2007 daba cuenta de que los adultos que usaban calcetines normales -no los de compresión- o calefacción en la cama, tenían tendencia a dormir más rápido. La razón para ello está en que durante la noche la temperatura corporal central de una persona disminuye, alcanzando la más baja en el entorno de las 4:00 a.m. Estos cambios en la temperatura del cuerpo son los que indican al cerebro que es hora de acostarse. De acuerdo con estas investigaciones, calentar los pies hace que los vasos sanguíneos se dilaten, lo cual, a su vez, libera calor a través de la piel y ayuda a reducir la temperatura corporal central, por tanto, el mensaje que percibe el cerebro es de que ya es hora de dormir.
Esta relación entre temperatura y sueño está determinada por el reloj biológico que tiene cada individuo, el llamado ritmo circadiano, y que es el que controla que nos sintamos soñolientos por la noche y despiertos por la mañana. ¿Cómo funciona en el caso de la temperatura del cuerpo? Pues durante el día esta aumenta gradualmente, alcanzando un máximo a última hora de la tarde. Son esos los momentos en los que nos sentimos más despiertos y alertas. A medida que va transcurriendo la noche, la temperatura corporal va disminuyendo, de modo que nos vamos sintiendo más cansados y con sueño. Se plantea que a medida que nos vamos quedando dormidos también disminuye la temperatura de nuestro cuerpo entre 1 y 2 grados. Esto podría ser causado por el hecho de que el cuerpo está reservando esa energía para otras funciones. Todo lo cual explica el por qué si nos dormimos con los calcetines puestos, podríamos contribuir a facilitar el trabajo de los ciclos de regulación de temperatura.
Pero a pesar de las ventajas que demuestra el uso de calcetines, hay muchas personas que son reticentes a ello, por lo que los estudiosos han pensado en alternativas que pueden obtener los mismos beneficios para las personas aquejadas de insomnio. Una de esas opciones es darse un baño caliente para los pies antes de acostarse, también se puede usar zapatillas térmicas antes de meterse en la cama. Otras recomendaciones son dormir con una bolsa de agua caliente cerca de los pies o poner una manta sobre los pies a la hora de irse a la cama. Y aunque parezca la más sencilla de todas, una alternativa al empleo de calcetines para dormir es la de tomar un baño 1 hora antes de acostarse.
No obstante, se recomienda que en el caso de que se usen calcetines térmicos, no se sobrecalienten, pues de estarlo no solo pueden quemar la piel, sino también se corre el riesgo de crear un incendio. Asimismo, se aconseja elegir un par de calcetines que no sean demasiado apretados, pues esto puede reducir la circulación y en lugar de ayudar convertirse en un problema. Tampoco es recomendable usar calcetines de compresión en la cama, a no ser que sea una indicación del médico. Una correcta higiene del sueño depende de buenos hábitos de vida y también de aplicar lo que la ciencia conoce para nuestro beneficio.
