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miércoles, 20 de junio de 2018

Una roja extravía la brújula de la selección

Por Aliet Arzola

De todos los guiones que se imaginaron para el debut de Colombia en el Mundial de Rusia, creo que en ninguno estaba escrito que tan temprano como en el minuto tres, cuando todavía en las gradas la gente no había terminado de comprar las cervezas, ya el once cafetero tendría un jugador menos, un penal en contra y la misión de remar a río arriba por el resto del duelo. Nadie, ningún seguidor de Colombia, ni los más pesimistas, ni los más optimistas japoneses, pensaron encontrarse una situación tan peculiar, básicamente porque tan solo una vez en la historia de los Mundiales un equipo se quedó con diez hombres tan temprano.

Sucedió hace 32 años, en México 86, cuando el uruguayo José Alberto Batista fue expulsado a los 52 segundos por el árbitro francés Joel Quiniou, en un duelo que medía a los charrúas contra Escocia. Mucho ha llovido desde entonces, y por ello sorprendió tanto ver a Carlos “La Roca” Sánchez caminando a los vestuarios, de donde había salido hacia solo unos instantes, luego de meter las manos a un remate japonés, justo en el centro del área. La jugada en cuestión fue una sucesión de errores colombianos, empezando por Davinson Sánchez, quien no atinó a despejar un balón alto en zona de volantes. Ese simple hecho permitió a Osako ganar la posición y rematar con peligro, a lo cual respondió Ospina, pero el rechace quedó en el borde del área y, en un nuevo remate que iba a gol, “La Roca” metió la mano derecha y desató la tormenta.

De ahí en adelante, como dijera José Pekerman tras el partido, todo se complicó y Japón aprovechó, a su forma, sin mucho ruido, sin prisas, sin desesperación. “Empezaron a tomar más el balón en el segundo tiempo, nosotros nos cansamos un poco, perdimos el pase para habilitar a Falcao y perdimos la capacidad de recuperar balones”, aseguró el entrenador argentino, frustrado al ver como sus planes de meses se iban por la borda en dos minutos. La mano de Sánchez la transformó en gol, desde los 12 pasos, Kagawa, por lo que tocaba no solo jugar con uno menos más de 80 minutos, sino también hacerlo con la misión de remontar o igualar la pizarra. Para materializar ese objetivo era obligado hacer cambios, sacrificar a uno de los hombres de ataque y meter a alguien que controlara el flujo en la medular y cortara la circulación japonesa. Esa era la función de “La Roca”, y sin él en la cancha todo el peso caería sobre Jefferson Lerma.

Entonces Pekerman dio entrada a Wilmar Barrios por Juan Guillermo Cuadrado, movimiento que rindió sus frutos, porque Colombia recuperó el equilibrio y sorprendió a Japón con una actitud atrevida, como si estuviera en desventaja numérica. Por momento, asedió el área asiática, hasta encontrarse con un gol de tiro libre de Juan Fernando Quintero, cobrado a la perfección por el zurdo, quien tiró raso por debajo de la barrera. Así se fueron al descanso, con la sensación de que los cafeteros podrían resistir, proponer y hasta ir por la victoria en el complementario, pero Japón se planteó mucho mejor las cosas. Decidió salir a dominar la pelota y poner a los colombianos a correr detrás de ella, daba igual si los toques eran verticales o hacia los lados, la idea era desgastar a los sudamericanos, y lo consiguieron.

Los chicos de Pekerman bajaron la marcha, no mostraron la misma capacidad para cerrar espacios, cortar balones y recuperar. Quedaron desconectados los atacantes (Falcao, James y Bacca, estos dos últimos quienes entraron de cambio) y el sacrificio no bastó ni para el empate, pues en un córner los japoneses tomaron ventaja por un cabezazo de Osako en las narices de la mitad de la defensa cafetera. “Desde el inicio nos topamos con una situación inesperada que nos cambió todo lo planificado. Ellos crearon más espacios para atacarnos, pero lo dimos todo, el equipo tuvo carácter y nos acercamos al milagro, porque empatar o ganar cuando tienes uno menos desde el mismo inicio del partido es un milagro. Ahora tenemos que levantarnos y jugarnos la vida contra Polonia”, aseguró nada más terminar el encuentro el capitán Radamel Falcao.

Esta es la primera victoria de Japón sobre Colombia en la historia de ambas selecciones. En los tres anteriores encuentros los cafeteros habían logrado sacar resultados positivos, comenzando en la Copa Confederaciones de Francia 2003, cuando derrotaron 1-0 a los asiáticos. Después se vieron las caras en un amistoso, en el 2007, y terminaron con empate, y por último se midieron en la fase de grupos del Mundial de Brasil 2014, donde los colombianos vencieron con un 4-1 fulminante.