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martes, 19 de junio de 2018

Los favoritos no impresionan en Rusia

Por Aliet Arzola

A Rusia 2018 llegaron siete equipos campeones del mundo, y a juzgar por lo que hemos visto hasta ahora, ellos pueden salir por la puerta estrecha del magno evento, con más penas que glorias. Brasil, Argentina y España empataron sin mucho revuelo, Francia ganó con lo justo, al igual que Inglaterra y Uruguay, mientras Alemania se fue a las duchas sin vulnerar a una impresionante México. Así es el fútbol, un deporte en el que los teóricos favoritos pueden hundirse en el abismo, y otros sin tanto cartel emergen hasta planos estelares. A continuación, repasamos la actualidad de estos siete campeones que han navegado sin suerte en este Mundial.

Uruguay: Los charrúas tuvieron una modesta presentación en su apertura contra Egipto, aunque terminaron con la victoria por la mínima, muy al estilo celeste. Un gol de cabeza de un defensor central en el descuesto le dio el éxito a la selección de Oscar Washington Tabarez, que debe plantearse cambios para que su equipo funcione mejor y pueda aspirar a algo en Rusia. El problema de Uruguay es que no tiene un diez que mueva los hilos, y esa función no quedar en manos de hombres muy temperamentales como Cavani o Luis Suárez, dos delanteros centros que no tienen tanta facilidad para la creación. A los uruguayos les queda la garra, la combatividad, aspecto muy a tener en cuenta, mediante el cual, tal vez, puedan anclar en cuartos de final.

España: La Furia Roja vio como un solo hombre lograba sacarle un empate en el estreno. Cristiano Ronaldo apagó con sus tres goles la llama de los españoles, que brilló de lo lindo con el doblete de Diego Costa y una volea notable de Nacho. Ese gasto parecía poner un océano de por medio con la crisis provocada por la destitución del técnico Julen Lopetegui a solo horas del primer partido del Mundial, pero CR7, con la ayuda de un dubitativo David De Gea, se empeñó en amargar la balsámica fiesta. España tiene las herramientas para revertir toda esta situación, y la sigo viendo como una selección capaz de colarse, como mínimo, en semifinales. De Gea es un gran arquero y dará más alegrías que disgustos, mientras la defensa va a ganar con la entrada al once de Dani Carvajal. Sin dudas, hay muchos puntos altos en este equipo, que poco a poco va a olvidar el terremoto de la destitución de Lopetegui y el ascenso de Fernando Hierro a la jefatura del banquillo.

Francia: A priori, cuenta con una de las selecciones más talentosas del Mundial. La generación que ha juntado Deschamps probablemente supere a aquel conjunto que ganó en 1998 y después repitió en la Euro del 2000. Sin embargo, estos chicos todavía tienen mucho que demostrar, y en su primera presentación en Rusia quedaron a deber. Es cierto que vencieron a Australia, pero el partido perfectamente se pudo torcer si no existiera el VAR, herramienta que le dejó un penal y le decretó un gol fantasma a su favor. No obstante, el equipo no funcionó como tal, las estrellas estuvieron muy aisladas, sin conexión, y ese es un pecado que se paga demasiado caro en este tipo de eventos. El primer rival fue Australia, y ahora vendrán Perú y Dinamarca, rivales a los que probablemente superen sin necesidad de mostrar su mejor fútbol, ese que sí necesitarán para ir más allá en este Mundial.

Argentina: Su empate contra Islandia, la pobre imagen de Di María y Biglia, el penal fallado por Messi, la falta de ambición de todos, son detalles que tienen sin dormir a la inmensa mayoría de la albiceleste, que apela al milagro para revertir una de las situaciones futbolísticas más críticas de su historia moderna. Muchos decían que táctica salvadora de esta escuadra era darle todas las pelotas a Messi y dejar que el astro definiera, pero es totalmente inhumano apostar el botín a un solo hombre, más allá de que sea el mejor futbolista de la historia. Messi necesita al menos un socio, un confidente, un hombre que le devuelva la pelota en una sencilla pared, algo que, por ahora, no aparece, tal vez porque todos creen que Leo puede resolver cada jugada en una baldosa, o tal vez porque todos son verdaderamente incapaces de apoyar al crack del Barcelona. Algunos ya se han bajado del tren argentino y aseguran que no llegarán a ninguna parte, yo sigo con la esperanza de que a alguien en esa selección se le alumbre el bombillo y entienda que si ayudan a Messi su futuro es dorado.

Brasil: Cuando las expectativas son muy altas y llegas, y marcas un golazo, pero después se te difuminan las ideas, te empatan y así termina todo, entonces las preocupaciones salen a rondar. Justo eso le ha sucedido a la canarinha tras su primera presentación en Rusia, contra Suiza, un equipo de media tabla, por así llamarlo, aunque no se puede negar su eficiencia para cerrarse y no dar pistas de dónde está la llave de la puerta. Brasil, por su parte, dio dos versiones, una sólida y equilibrada, con el peso exacto de cada línea, y otra gris y dubitativa, desquiciada por el férreo marcaje suizo (exceso de faltas en cualquier lugar) y alguna decisión controversial del árbitro. Este no parece ser un equipo débil mentalmente, por lo que es de esperar que levanten boga, aunque quizás, si se elevan demasiado y las cosas no van bien en otra zona, se cruzarían temprano con la bestia negra de hace cuatro años.

Alemania: Sería un error pensar que los teutones están en problemas después de su derrota contra México, la gran revelación del Mundial por su compensado juego. Es decir, los alemanes tienen que ganar en los venideros encuentros, pero nada nos hace pensar que no puedan hacerlo. Lo de México no fue un accidente, fue una demostración clamorosa de los mexicanos frente a un rival que no se amilanó. El problema de Alemania es que le falta un nueve, así por lo claro, posición que en los últimos Mundiales, desde el 2002, siempre había cubierto Miroslav Klose, incluso hace cuatro años, cuando ya no era ni la sombra del atacante voraz y oportuno de la década anterior. Ahora no hay nadie que acerque a ese prototipo de jugador, por lo que los mediocampistas (que son muchos y que son muy ofensivos) deben entender que, además de crear y pasar, tienen que disparar. Por el momento, el único que ha asimilado la idea es Toni Kroos, quien necesita que los Reus, Ozil, Muller y compañía se le sumen.

Inglaterra: Es raro incluir a Inglaterra en una lista con Brasil, Alemania, Argentina, Uruguay, España o Francia, pero los ingleses son campeones del mundo, esa estrella nadie se las puede quitar, por más que en los últimos 50 años hayan sido una sombra. En esta edición de la Copa vienen con nuevos bríos, los de una generación que, quizás, alcance la madurez para el venidero Mundial en Qatar. Nadie descarta que despeguen ahora, de hecho, en el primer tiempo contra Túnez fueron una apisonadora que jugó más rápido, con más toque y con más llegada que cualquier otro equipo en Rusia. Solo les faltó puntería en esos 45 minutos de ensueño, mientras en el complementario, además de la puntería, les faltó todo de lo que presumieron en la mitad anterior. Así de bipolares son los ingleses, quienes, a su favor, cuentan con un depredador que no necesita demasiadas facilidades. Con Harry Kane y algo de suerte, creo que los cuartos de final no son una meta imposible.