Los trastornos del sueño y su relación con las adicciones
Al parecer los desórdenes en el sueño que pueden ocurrir en edades tempranas, durante el periodo de la infancia, podrían pronosticar futuras enfermedades, especialmente adicciones como el alcoholismo y la drogadicción. Un grupo de investigadores han examinado a más de 200 niños, entre los que se incluyen aquellos que duermen bien y los que tienen más problemas para ello.
Para comprobar la hipótesis planteada anteriormente, un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, estudiaron a 257 niños con edades comprendidas entre los tres y cinco años. De acuerdo a los resultados, los pequeños que padecían trastornos en el sueño y muestras de fatiga durante el día, comparados con los que dormían bien, presentaban el doble de probabilidades de consumir alcohol, tabaco o drogas ilegales en el periodo adolescente. Esta relación se profundizaba cuando los especialistas introducían en el análisis otros problemas que pueden influir en las adicciones como por ejemplo la depresión y déficit de atención e igualmente el alcoholismo de sus padres.
De acuerdo a los especialistas esta teoría se puede explicar mediante dos razonamientos lógicos. Una de estas es que la falta de sueño puede provocar un desequilibrio químico en el organismo, lo que facilitaría la inclinación al consumo de sustancias adictivas. La otra explicación radica en que los especialistas consideran que los trastornos del sueño y las adicciones comparten la misma vía cerebral. A pesar de que hacen falta una mayor cantidad de estudios para comprobar una u otra hipótesis, este estudio podría indicar las direcciones que pueden tomar las futuras investigaciones.
No obstante, teniendo en cuenta los primeros indicios que han comprobado los expertos, estos recomiendan que mejorar los periodos de sueño de los niños podría disminuir las probabilidades de lo ya mencionados padecimientos adictivos. Para ello, es necesario que los padres planifiquen y eduquen a sus hijos en la práctica de buenos hábitos del sueño, teniendo en cuenta una pauta de horarios fijos al dormir, un ambiente relajado en la habitación donde duerme, reducir el tiempo que emplean frente al ordenador o con los dispositivos móviles, principalmente en los momentos antes de irse a la cama, así como una cena liviana en las noches que facilite una buena digestión.