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jueves, 24 de mayo de 2018

Los chinos generan cultivos sin tantos fertilizantes

Por EvelynR

China cuenta con unos mil 400 millones de habitantes, y con fines de satisfacer el consumo de productos de estos, por los últimos 30 años la nación asiática ha buscado cumplir con la demanda mediante el uso de fertilizantes en la agricultura, sin embargo, muchos de estos terminan por perjudicar el medio ambiente, como el nitrógeno. Para evitar esto, desde hace 10 años un grupo de científicos se propusieron transformar esas prácticas, buscando que 21 millones de chinos llevaran a cabo sus recomendaciones y así impulsar la producción de los cultivos a la vez que disminuían el uso de estas sustancias.

El proyecto fue exitoso y es considerado como un hito en agricultura sostenible internacionalmente. El mismo contó con 3 fases. Primero, los especialistas estudiaron 13 132 prácticas en granjas de maíz, arroz y trigo del país, para probar cómo variaba el rendimiento de los cultivos con diferentes semillas, densidades, tiempos de siembra, fertilizantes y uso de agua, además de luz solar y clima.

Lo siguiente etapa consistía en entregar recomendaciones a los campesinos, por parte del equipo, liderado por Cui Zhenling de la Universidad Agrícola de China en Beijing, al terminar de evaluar las prácticas de cultivo en cada finca, de ahí que los consejos se personalizaban a las condiciones de cada una. Según Zhenling, tardaron aproximadamente 14 mil programas y talleres para convencerlos de adoptar las recomendaciones.

Gracias al proyecto, casi 21 millones de chinos emplearon las sugerencias, que incluían la asistencia, y la entrega de semillas y fertilizantes. El proyecto tuvo un costo de alrededor de 54 millones de dólares y tuvo tal éxito que entre 2006 y 2015, la producción de cultivos aumentó 11 por ciento por cada grado a la vez que los campesinos disminuyeron en un 15 por ciento el uso de los fertilizantes sobre sus tierras, ahorrando hasta 1,2 millones de toneladas de nitrógeno y elevando así los ingresos en 12 200 millones de dólares. Demostrando además que la producción agrícola a gran escala no tiene porqué ser perjudicial para el ambiente y que el desarrollo de cultivos de manera sostenible es posible.