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miércoles, 2 de mayo de 2018

España y Colombia quieren el mismo galeón

Por Manolo

Íñigo Méndez de Vigo, ministro español de Educación, Cultura y Deporte intervino nuevamente en público en un intento por presionar al gobierno de Juan Manuel Santos acerca de la imperiosa necesidad de rescatar el tesoro perdido en el antiguo galeón San José.

El político hizo estas declaraciones en medio de la firma de un convenio de cooperación entre su país y México, durante la cual también ratificó su apoyo a las críticas realizadas por la UNESCO en torno al adelantado proceso de contratación del Estado colombiano para la operación de salvamento del navío. Además, mandó una contundente advertencia con la que instó al país suramericano a cambiar su postura respecto al barco.

El hallazgo del navío San José fue notificado por el gobierno de Juan Manuel Santos en los últimos meses del año 2015. Este se encuentra en el lecho marino alrededor de las Islas del Rosario, aproximadamente a 700 metros de profundidad. Las riquezas sepultadas con él están evaluadas en cerca de diez mil millones de dólares.

Desde entonces, España pugna por defender sus intereses sobre la embarcación. Lo cierto es que los ibéricos realmente quieren hacer valer todos sus derechos sobre el galeón que se hundiera en el Mar Caribe en junio de 1708 con un valioso tesoro. Para evitar conflictos, los representantes del pueblo colombiano lanzaron una convocatoria para que fuera una asociación pública internacional que se encargara del rescate y posterior conservación del barco perdido.

Los motivos por los cuales los españoles esgrimen su supremacía sobre el San José son varios. En primer lugar, la embarcación portaba la bandera española y la tripulación que pereció en el siniestro tenia igual nacionalidad. Su alegación es entonces que se trata de una nave del Estado cobijada bajo las normas del derecho internacional marítimo. Por lo general este tipo de situación está esclarecida a través de la Convención sobre Patrimonio Sumergido de la UNESCO. Sin embargo, Colombia no se ha suscrito nunca al mencionado acuerdo, por lo tanto España no tiene como demandar a la nación caribeña de manera formal.

En su lugar, el país que fuera la metrópolis de la mayor parte de América ha tenido que emplear todos los demás canales diplomáticos a su disposición. Han debido recurrir al dialogo entre las cancillerías de ambos Estados. Hasta el momento, si bien Colombia ha accedido a entablar relaciones para compartir conocimientos culturales relacionados con la embarcación, todavía no se ha podido conocer el arreglo de tipo económico que se establecerá entre los dos países. De hecho, el gobierno de Santos aseguró que hasta el momento es un tema secreto de interés estatal.

Los españoles también se sienten inconformes con las dos compañías que hasta ahora se postulan como aspirantes al contrato para rescatar al galeón. Ambas organizaciones cuenta con respaldo del Reino Unido de la Gran Bretaña, que en materia de conquista y colonización mantiene disputas centenarias con los iberos. Se trata, por un lado, de la Géminis Consultores S.A. y de la Maritime Archaeology Consultins Switzerland AG, quien se acercó al gobierno colombiano desde que se hiciera público el descubrimiento en 2015.

España no tiene alcance jurídico sobre otro país, en este caso Colombia, por ello su único apoyo en estos momentos es la UNESCO. La entidad, perteneciente a la Organización de Nacionales Unidad (ONU) emitió un informe de su Consejo Consultivo Científico y Técnico donde acusa al gobierno del país suramericano de vender al mejor postor tesoros inmateriales de la humanidad.

Por su parte, Santos y sus funcionarios insisten en que ellos solo defienden los intereses nacionales y el patrimonio cultural de la nación de modo transparente. La mayoría de las universidades, así como otras organizaciones académicas, apoyan la postura del gobierno.

A los reclamos españoles podrían sumarse otros por parte de países como Perú y Panamá pues, de acuerdo con los documentos coloniales de aquel momento, la mayoría de las piedras y metales preciosos que se transportaban en el San José provenían de Lima y Portobello. Eso sin contar que fue la firma norteamericana Sea Search Armada quien es ponderada como descubridora del naufragio y que pudiera también exigir parte del tesoro que todavía hoy se encuentra en el fondo del mar.