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miércoles, 2 de mayo de 2018

¿Tenemos una respuesta para el Alzheimer?

Por DissyAM

Uno de los principales problemas de salud de la era moderna es la demencia. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el mundo entero hay unos 50 millones de personas que padecen esta enfermedad y cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. Dentro de ese panorama, el Alzheimer acapara entre el 60 y el 70 por ciento de los casos, de ahí que sea tan relevante el descubrimiento de un equipo de científicos estadounidenses.

Investigadores de la Universidad de California diseñaron un grupo de moléculas que producen cambios anatómicos microscópicos en las neuronas, las células del cerebro, que intervienen en la formación, retención de recuerdos y, por tanto, pudieran prevenir el deterioro de las estructuras neuronales.

El hallazgo fue posible gracias a una serie de estudios químicos que examinaron los efectos de determinadas sustancias -candidatas a fármacos- sobre la densidad de las llamadas espinas dendríticas, que son las encargadas de recibir las señales que entran en las neuronas.

Entre las ventajas que supondría la aplicación de este descubrimiento, está la posibilidad de compensar o preservar la comunicación neuronal mediante el uso de estas moléculas, lo cual sería de mucho beneficio para personas que sufren de problemas de memoria o trastornos neurodegenerativos y de neurodesarrollo, tales como el Alzheimer y ciertas formas de autismo y retraso mental. Ello es posible por esos padecimientos implican una pérdida de las espinas dendríticas, existe una regulación incorrecta de las mismas o se han deteriorado.

La investigación, cuyos principales resultados han sido publicados en varios medios de prensa, empleó ratones para probar sus teorías y observó en esos sujetos que los compuestos producían un incremento significativo en la densidad de las espinas e impedían su pérdida, algo que es común en presencia de la beta-amiloide, una sustancia que forma placas en los cerebros de las personas que padecen Alzheimer. Asimismo, constataron que cuanto mayor fue la concentración del candidato a fármaco, mayor era la densidad de las espinas, pero también observaron que el efecto es reversible, ya que una vez retirados los compuestos, las espinas retrocedieron en un plazo de 24 horas.

Los resultados alcanzados por los científicos de la Universidad de California llenan de esperanzas a millones de personas en todo el mundo, pues la demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia, especialmente entre las personas adultas mayores, mientras que no se puede soslayar el impacto físico, psicológico, social y económico que tiene no solo en quienes la padecen, sino también en sus cuidadores, sus familias y la sociedad en general.