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miércoles, 4 de abril de 2018

Un último adiós a Winnie Madikizela

Por Olivia Rosario Rodríguez

A inicios de esta semana falleció la que fuera esposa del residente sudafricano Nelson Mandela, luego de una larga y penosa enfermedad. Según el portavoz Victor Dlamini, la activista de 81 años pasó a mejor vida rodeada de su familia y seres queridos en el Hosital Milkpark de la ciudad sudafricana.

Desde inicios de este año Winnie Mandela tuvo que ser hospitalizada en varias ocasiones a consecuencia e su enfermedad. La señra es recordada por su carisma al lado del emblemático presidente sudafricano Nelson Mandela, princial figura en la lucha contra el régimen del Apartheid. Alrededor de su fallecimiento los medios internacionales se han hecho eco de los hechos que marcaron su vida.

Su verdadero nombre era Nomzamo Winifred Zanyiwe Madikizela, pero todos la conocían sencillamente como Winnie. Nació el 26 de septiembre de 1936 en la provincia de Cabo oriental y se graduó como trabajadora social, algo casi imposible ara una mujer negra en esa época.

Contrajo matrimonio con Nelson Mandela en el año 1958 cuando ella tenia 21 años y el 40, además de estar divorciado u con hijos, y durante 38 años estuvo relacionada con el que fuera el primer presidente negro de sudáfrica, incluso los 27 años que él pasó encarcelado.

En ese sentido, su vida siempre estuvo afectada por la labor política de sus esposo, incluso llegó decir en su autobiografía que nunca hicieron vida en familia. Se quedó sola y con dos hijas cuando este fue apresado en 1962 y siguió adelante con la lucha contra el régimen racista impuesto en Sudáfrica por muchas décadas.

Es por ello que fue víctima en múltiples ocasiones de presiones, acciones para intimidarla, encarcelamientos, su casa fue blanco de atentados con bombas; hechos que la llevaron a mudarse de pueblo. Aún así, su lucha constante en contra del régimen del Apartheid la llevó a ser una de las figuras principales del Congreso Nacional Africano, principal organismo opositor del gobierno.

Sin embargo, su vida estuvo llena de polémicas luego de que se radicalizara y fuera relacionada con los llamados traidores de la lucha contra el Apartheid que morían quemados vivos al decir que los sudafricanos debían liberarse con cajas de fósforos.

Finalmente fue condenada a seis años de prisión en 1991, pena que le fuera conmutada con una multa, al ser declarada culpable del secuestro del militante anti-apartheid Stompie Seipei y en 1998 fue declarada culpable moralmente y políticamente de importantes violaciones de los derechos humanos, por la la comisión Verdad y Reconciliación que estudiaba los crímenes del régimen.