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miércoles, 4 de abril de 2018

Un adiós violento a otro activista colombiano

Por Manolo

Fuerzas policiales colombianas dieron a conocer este fin de semana denuncias acerca del asesinato de Belisario Benavides Ordóñez, joven líder social y defensor de los derechos humanos. El crimen contra Benavides, quien al morir tenía solo 35 años, tuvo lugar en el municipio de Rosas, localizado al sur del Valle del Cauca. Hace poco este suceso fue difundido hace poco, aunque las autoridades reconocieron que posiblemente haya ocurrido el pasado 30 de marzo. El activista fue ultimado en su residencia del barrio de Santander, más exactamente en el sector conocido como Los Guaduales de esa localidad. Algunas fuentes declaran que fue agredido mientras abandonaba su hogar junto a dos menores.

Fuerzas policiales hicieron públicas las denuncias sobre el asesinato del Belisario Benavides Ordóñez este fin de semana. El crimen contra el joven líder social y defensor de los derechos humanos de solo 35 años de edad tuvo lugar en el municipio de Rosas, al sur del Valle del Cauca. Los sucesos fueron difundidos recientemente, sin embargo las autoridades reconocieron que la transgresión ocurrió el 30 de marzo.

Benavides Ordóñez fue ultimado en el barrio de Santander, en el sector conocido como Los Guaduales, en esa localidad residía el activista. Fuentes oficiales además declaran que el joven fue agredido cuando abandonaba su hogar acompañado de dos menores.

De acuerdo con los agentes de policía, Benavides Ordóñez fue interceptado por un grupo de desconocidos que se desplazaban en motos. Los individuos dispararon contra la víctima en repetidas ocasiones provocando la muerte inmediata del joven activista.

Benavides Ordóñez se desempeñaba como miembro de la Mesa de Víctimas del municipio donde vivía. Hacía solo cinco años el joven había tenido que abandonar su territorio natal, el municipio de Patía, donde la violencia se había acrecentado considerablemente. Desde entonces, la víctima se dedicaba a combatir los males que aquejan a la sociedad colombiana, en particular en las zonas rurales. Como modo de subsistencia trabajaba en un pequeño negocio de comidas ubicado en la vereda Párraga, cercano a la vía Panamericana.

Los niños que acompañaban a Benavides Ordóñez eran su hijo más joven de solo tres años y uno de sus sobrinos de doce. Afortunadamente, los dos infantes no sufrieron heridas, a pesar de la voluptuosidad del ataque. Los atacantes dispararon cuatro veces, pero todos los impactos arremetieron contra Benavides Ordóñez.

Según las fuerzas del orden, el activista se encontraba inmerso en el proceso de restitución en beneficio de los afectados por conflictos armados en Rosas y Patía. También trabajaba arduamente en la preparación de las actividades por el Día Internacional de las Víctimas. Jesús Eduardo Díaz, alcalde de Rosas, declaró lamentar mucho lo ocurrido. El político además expresó: “Lo más preocupante es que deja viuda a su señora y a tres hijos todavía menores de edad. También me entristece, que el menor de ellos, apenas un bebé, haya presenciado todo lo ocurrido”.

Si bien las autoridades trabajan para adelantar las indagaciones que ayuden a localizar a los autores del asesinato, todavía no hay pistas sobre quienes pudieran ser los perpetradores. El propio Benavides Ordóñez jamás había denunciado amenazas contra su persona antes del lamentable suceso.

Por otro lado, un reporte de la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional (DIJIN) de Colombia apuntó que a lo largo de los dos últimos años han ocurrido un total de 262 crímenes contra líderes y activistas a favor de los derechos humanos en la nación suramericana. Según el informe, que fue difundido por Caracol Radio, la mayoría de los criminales son integrantes de facciones residuales de estructuras armadas como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) y del Clan del Golfo.

El coronel William Oswaldo Rincón Zambrano, miembro del Cuerpo de Élite de la Policía colombiana, destacó a los medios de comunicación que solo 156 de esos casos contra la población son hoy investigados. De esa cifra total el gobierno del país solo ha podido dar respuesta a 68 incidentes con 117 capturas de los responsables materiales. Sin embargo, muchos de los autores intelectuales en ocasiones no son alcanzados por la justicia.

“Intentan subyugar a las poblaciones mediante la eliminación de sus líderes sociales y representantes de las juntas de acción comunal. Cuando estos no han respondido o no han cedido a sus intereses entonces agreden a las comunidades de la forma más vil: eliminando a sus activistas”, expresó el militar colombiano.