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sábado, 28 de abril de 2018

Son mucho más que dos conceptos

Por Isabella

La manera en que sentimos y percibimos el mundo es completamente diferente a cualquier otra. Todo responde a las situaciones o vivencias a la que lo relacionemos, la cultura, creencias y estilo de vida que poseamos. La sensación y la percepción son términos diferentes, pero uno no va aislado del otro, formando un complejo imprescindible que nos adentra en un mundo de experiencias sensoriales y perceptivas.

La sensación es la recepción de estímulos mediante los órganos sensoriales. El ser humano tiene cinco sentidos: el sentido de la vista, el sentido del gusto, el sentido del oído, el sentido del tacto y el sentido del olfato. Cada uno de ellos tiene su órgano sensorial, si nos guiáramos por el orden anterior serían: los ojos, la lengua, el oído, la piel y la nariz. Ellos nos permiten, por ejemplo, según su orden: ver una imagen, sentir el sabor de un bocadillo, escuchar los sonidos, tocar el contorno de un objeto, u oler el aroma de un perfume. Precisamente lo que recibimos a través de estos sentidos, es a lo que llamamos sensación, esa impresión que las cosas producen en nosotros por medio de los sentidos.

La percepción: es un proceso nervioso superior que permite al organismo, a través de los sentidos, recibir, elaborar e interpretar la información proveniente de su entorno y de uno mismo. Obedece a los estímulos cerebrales logrados a través de los 5 sentidos, los cuales dan una realidad física del medio ambiente. El proceso de percepción de cada ser es completamente distinto, dos personas pueden mirar la misma cosa y no percibir lo mismo, es decir no llevarse la misma impresión o el igual concepto o una experiencia idéntica.

Un ejemplo sencillo: si dos personas caminan por un bosque juntos uno de ellos encantado de la variedad de fauna que hay en este bosque, y otro atemorizado por esa abundancia de animales, cuando esas dos personas en un futuro pasen cerca de este bosque, van a percibir una sensación diferente, uno va recordar un momento hermoso y el otro recordará una experiencia muy desagradable. Esto se debe también a que el proceso de percepción no se limita a organizar los estímulos sensoriales directos en forma de percepciones, sino que éstas, por sí mismas, recuperadas de la experiencia pasada, también se organizan favoreciendo una más rápida y adecuada formación del proceso de percepción actual.

La diferencia entre el proceso sensorial y el proceso perceptivo, está dada en que el primero se limita a una recepción de estímulos; físicos, aislados, simples del ambiente, mientras que la percepción es una interpretación, significación y organización de esa información que brinda el proceso sensorial. Es decir, la sensación queda en el proceso de sentir algo, sin embargo, la percepción va más allá de esto, además de sentir elabora, interpreta y da una respuesta en consecuencia al medio. Pongamos un ejemplo cuando pasamos cerca de un rosal, aún sin verlo, somos capaces de sentir su olor (sensación) pero esa proceso de interpretar el aroma y gracias a experiencias anteriores interpretar y dar respuesta de que es un rosal, es la percepción.