Perú y Colombia trabajarán para eliminar trata de personas
En sesión plenaria celebrada este martes, el Cogreso de Perú dio en pleno su aprobación para establecer una resolución legislativa en torno al acuerdo suscrito en 2015 con la República de Colombia, vinculado con el trabajo conjunto para prevenir, investigar y perseguir delitos de trata de personas, al igual que la ayuda y protección a las personas que resulten víctimas de estos crímenes.
El acuerdo, firmado el 25 de mayo de hace tres años en Lima, es para Luz Salgado, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, una manera de cumplir regulaciones que son “vinculantes para el Estado” de esa nación suramericana.
Asimismo, reconoció la importancia de que no estar solos en esta tarea, e hizo énfasis en el impacto negativo de estos delitos, sobre todo en las vidas de féminas e infantes, particularmente en las regiones fronterizas de Loreto, Cusco, Puno, Madre de Dios, Tumbes y San Martín.
Otra legisladora, en este caso la también fujimorista del partido Fuerza Popular, Karla Schaefer, dio a conocer que la trata es el segundo tipo de crímenes que más dinero sucio genera en ese país. Además, refirió otro dato alarmante: de cada 100 acusados, el promedio de encarcelados es de solo seis por ciento.
Por su parte, su compañero congresista César Segura afirmó que actualmente el país no se hacen los esfuerzos necesarios para solucionar semejante problema, agregando también que en tiempos recientes dos ministerios como el de Interior y de la Mujer ha trabajado muy separados, en vez de aunar esfuerzos.
AL momento de expresar su parecer, la izquierdista Tania Pariona expresó que la trata de personas ha pasado de ser un simple acto criminal aislado, para convertirse en un enorme negocio que debe ser enfrentado por acciones severas y eficientes por parte de los encargados de hacer cumplir la ley.
Tras un intenso debate, la resolución terminó siendo aprobada por los presentes de forma total, con un ciento por ciento de votos s favor de parte de los 101 congresistas presentes.
Ficciones y realidades
A propósito de este tema tristemente en boga, hace unos meses —en octubre de 2017— se presentó en la capital colombiana el texto “Princesas de Ámsterdam”, la cual a pesar de tratarse de una obra de ficción retrata con fidelidad la realidad de las mujeres latinas que sufren la explotación sexual allá en Europa.
Al decir de su autor, Manuel José Rincón Domínguez, la nación colombiana es un país en donde el tráfico de personas con fines sexuales es un mal gigantesco, y afecta tanto a mujeres como a hombres y niños, sobre todo aquellos procedentes de poblaciones desfavorecidas y en condiciones de pobreza. Además, agregó que el tráfico no solo tiene lugar dentro de las fronteras del país, sino que se extiende por el continente.
La historia que cuenta Rincón Domínguez relata los “ires y venires” de tres mujeres: una colombiana, una dominicana y una tailandesa, quienes son víctimas de la trata en el Distrito Rojo de la capital holandesa. Son tres féminas con orígenes y pasados distintos, que se identifican por su lucha vital en ese ambiente.
Ya entrando en datos concretos, según el informe anual de la Oficina de la ONU contra la droga y el delito (UNODC), entre 2012 y 2014, el 57 por ciento de los afectados y afectadas en el continente latinoamericano se vieron vinculados directamente con el comercio sexual, con gran presencia en la lista de países como Uruguay, Colombia, Paraguay, Ecuador y Perú.
De acuerdo con datos de 2017 del Ministerio del Interior de Colombia, las autoridades habían identificado un año antes un total de 68 víctimas, de las cuales 47 fueron explotadas sexualmente, a la vez que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar señaló hasta 46 casos de niñas y niños, uno más que en 2015. Todo lo anterior no hace más que evidenciar y exponer un problema que ratifica la necesidad de unir esfuerzos para erradicarlo