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jueves, 26 de abril de 2018

Los campesinos colombianos escapan del fuego cruzado

Por Idefix

Más de cuarenta días duran ya los enfrentamientos violentos entre los miembros de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional y las fuerzas disidentes del Ejército Popular de Liberación. Estos últimos son conocidos como Los Pelusos, y desde hace varios años se dedican a hostigar a los campesinos de la región del Catatumbo.

Sin embargo, los nuevos enfrentamientos entre ambos grupos armados han provocado un aumento en el número de desplazamientos forzados de las poblaciones de la zona. Las cifras develadas recientemente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), expresan que que más de 4 mil 600 personas tratan de escapar actualmente del fuego cruzado.

Desde el pasado 14 de marzo, unas mil 249 familias han debido abandonar sus hogares por temor a perder la vida. Los municipios del Catatumbo, una de las áreas más importantes del norte de Santander, con mayores indicadores de desplazamientos son San Calixto, Hacarí, La Playa de Belén y las áreas más urbanizadas de Ocaña. Las cifras fueron indicadas en un condensado informe de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios. Desde finales del año pasado se la cifra de desplazados se cuadriplicó debido a los flagelos.

Diversas Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han expresado su consternación sobre la crítica situación que vive esa área geográfica que limita con Venezuela. De acuerdo con el análisis de Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, el conflicto armado por el control del narcotráfico y el posterior alto al fuego decretado hace una semana por los grupos paramilitares ya dejan un saldo de más de 145 mil personas afectadas a lo largo de los once municipios del departamento en cuestión.

En esas poblaciones también hay otros datos numéricos alarmantes. Más de 90 mil empresarios y pequeños comerciantes sufren dilemas para transportar sus mercancías en la zona. Por otro lado, cerca de 44 mil estudiantes de diversas edades no han podido acceder a sus escuelas debido a la tempestuosa situación.

Según el mencionado informe, los desplazados se concentran actualmente en una docena de áreas humanitarias, relativamente alejadas del conflicto. Todas ellas cuentan con cuotas de asistencia alimenticia que es suministrada gracias a la ayuda del Banco Internacional de Alimentos y por equipos profesionales de la organización Médicos Sin Fronteras.

Mientras, la ONU anunció que existe evidencia de que un grupo de indígenas del poblado de Bari se encuentras confinadas en uno de sus poblados. El conjunto, compuesto por cerca de cuatro mil personas, decidió atrincherarse en sus territorios pues creían que las fuerzas paramilitares no osarían amenazarlos en esos espacios.

El documento redactado por la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios señala los grupos sociales más afectados por el conflicto armado son las mujeres, niños, ancianos, aborígenes y en una menor medida algunos de los líderes comunitarios de los diferentes territorios. A su vez, el informe advierte sobre la gravedad de las rupturas familiares que se viene produciendo. Además, se reportan cuantiosos casos de violencia de género y un alto impacto psicológico entre los desplazados.

En las zonas rurales de San Calixto y Toerama, también municipios del Catatumbo, las autoridades estatales reportaron la muerte de al menos cuatro civiles. Así como otros dos individuos, entre ellos un menor de edad, reportaron heridas asociadas a armas de fuego empleadas en las confrontaciones del narco-combate.

De acuerdo con los reportes ofrecidos por el gobierno de Juan Manuel Santos, los cabecillas de los dos bandos en disputa ya han sido bien identificados. El guerrillero conocido como Mauricio Pácora, más reciente jefe del último reducto del EPL conocido como “los Pelusos” se enfrenta encarnizadamente a alias Manuel Guevara. Este último es el líder del ELN en su bloque Nororiental de guerra. Las dos tropas de los cabecillas armados cuentan con un total de 600 hombres entre las dos.