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domingo, 29 de abril de 2018

Las cejas no solo realzan nuestra mirada

Por javier23

Se conoce que las cejas protegen a nuestros ojos del sol, la lluvia y el polvo, así como que se utilizan para denotar ciertos sentimientos o expresiones de lo que nos pasa por la mente. Levantarlas en señal de asombro, fruncirlas cuando nos extraña algo o para atemorizar a alguien, así como moverlas aleatoriamente para divertir a los demás son algunas de las acciones que usualmente realizamos con nuestras cejas.

Sin embargo, de acuerdo a un estudio recientemente publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, las cejas, en épocas muy antiguas, podrían haber otorgado a la especie humana una significativa ventaja evolutiva. El equipo de investigadores de la Universidad de York, Ontario, Canada, aseguran que los rebordes óseos bajo el hueso frontal y las cejas abultadas, fueron unas características peculiares de los primeros homínidos, una familia de primates a la que pertenecemos, denotando un rasgo de dominio y superioridad física. Mientras que el rostro de los humanos se hizo más pequeño y aplastado, las cejas igualmente evolucionaron, permitiendo demostrar una gama mayor de emociones que hace miles de años.

"Cambiamos el dominio o la agresión por una paleta de expresiones más amplia. Los músculos del rostro podían mover las cejas hacia arriba y hacia abajo y expresar los sentimientos más sutiles", asegura Paul O'Higgins, profesor de Anatomía y autor principal de este análisis.

Otras teorías estiman que tanto la frente como las cejas, tan particulares en nuestros ancestros, servían de refuerzo estructural a sus rostros con el objetivo de soportar el estrés y la presión en el proceso de masticar los alimentos. No obstante, los especialistas de la Universidad de York, diseñaron un modelo 3D del cráneo fosilizado de un 'Homo heidelbergensis', humano arcaico en el que descubrieron que esta característica no ofrecía ventaja alguna o función en particular. "Eso significa que los arcos de las cejas en los humanos arcaicos deben haber tenido una función social, muy probablemente utilizada para mostrar el dominio, como se ve en otros primates", explica en un artículo Penny Spikins, coautora del de la investigación.

A pesar de que los científicos aseguran que todo ello forma parte de una teoría especulativa, resaltan que de encontrarse en lo cierto, esta característica habría permitido a los humanos comunicarse a distancia a través de formas más complejas y diversas, influyendo en la supervivencia de la especie.