El puente más largo de Colombia será inaugurado en julio
Considerada una de las obras de ingeniería más ambiciosas de las que se hayan ejecutado en Colombia y perteneciente al programa de autopistas de cuarta generación, el viaducto sobre la ciénaga de la Virgen será inaugurado en el próximo mes de julio. El puente, que produce exclamaciones de asombro y reconocimiento en todo los que lo observan, es un logro además por su respeto al medio ambiente, pues los constructores lograron preservar la ciénaga que separa a Cartagena y Barranquilla. Además, fue ejecutado en el tiempo previsto e incluso terminado antes de que venciera el plazo, algo que no suele ocurrir con este tipo de obras.
El puente, que forma parte de la concesión costera que une a Cartagena y Barranquilla, solucionará los problemas de embotellamiento vehicular causados por la expansión de Cartagena en las últimas dos décadas. El flujo permanente de carros por la zona hotelera, las nuevas urbanizaciones, los colegios y universidades, había transformado en una verdadera agonía transitar por el sector de la pista del aeropuerto Rafael Núñez hasta el corregimiento de La Boquilla.
Es por ello que los especialistas decidieron que se necesitaba una doble calzada que reemplazara la vieja vía, sin embargo llevar a cabo esa empresa requería de atravesar una franja de mangle sobre la zona de baja mar dentro de la ciénaga de la Virgen, un una laguna natural costera, de aguas salobres, con una extensión de 22 kilómetros. Para los ingenieros el primer reto era no afectar el mangle, por las implicaciones para el medio ambiente. El segundo desafío era, sin duda, negociar con centenares de familias que habían rellenado una parte de la ciénaga e invadido los terrenos por donde debía construirse la vía, para que salieran de aquel lugar, todo lo cual incrementaría el costo de la obra.
Pero a pesar de ello, nadie se amilanó, el consorcio que había ganado la licitación del proyecto, integrado por Mario Huertas, Constructora Meco, Constructora Colpatria y Castro Tcherassi; metió manos a la obra luego de firmado el contrato en julio del 2014, para comenzar a ejecutar en noviembre de ese mismo año. No obstante, hubo que esperar un poco más, pues las autoridades ambientales demoraron la entrega de la licencia sobre este acápite por considerar que el trazado original produciría daños incalculables al bosque manglar. Ello se solucionó más tarde a partir de que los directivos del proyecto buscaron en el extranjero nuevas tecnologías, hasta encontrar un novedoso sistema de una firma italiana, mediante el cual se acababa de construir un trayecto sobre los Everglades en Florida (Estados Unidos).
La técnica consiste en una viga lanzadora de 170 metros de longitud, montada sobre la estructura construida; este equipo va hincando los pilotes sobre la ciénaga, pero para ello no tiene que retirar el mangle ni hacer excavaciones. Los únicos requerimientos necesarios para realizar el trabajo con esta tecnología eran tener en tierra una fábrica de pilotes, cabezales y vigas, para irlos ensamblando a medida que avanzara la viga lanzadora. De este modo se iniciaron las labores, las cuales precisaron de dos máquinas en cada extremo de los 5,4 kilómetros de extensión del viaducto.
El puente sobre la Ciénaga de la Virgen está montado sobre 774 pilotes huecos, los cuales fueron armados en acero y revestidos en hormigón. La viga lanzadora los hincaba a 45 metros de profundidad en medio del fango. El viaducto como tal consta de dos carriles, cada uno de 3,65 metros con una berma exterior de dos metros, aunque tiene en su parte más alta nueve metros. La mayor parte del puente está sobre el espejo de agua de la ciénaga y según el gerente del proyecto, Miguel Acosta Osío, se trata de una obra ciento por ciento ecológica.
El viaducto, considerado un ejemplo de lo que el gobierno ha llamado las autopistas de cuarta generación, será, cuando entre en funcionamiento en julio próximo, no solo el puente más largo de Colombia, sino el tercero más extenso de América Latina, ubicado después del Rafael Urdaneta sobre el lago Maracaibo, que tiene 8 678 metros, y del puente General San Martín que une a Argentina y Uruguay, con una longitud de 6 400 metros. La obra ha sido ejecutada además con mucha precisión y calidad, por lo que muchos ojos se dirigen hacia ella como un modelo de lo que debería ser las obras constructivas en Colombia.