Drones fumigadores contra narcocultivos
Colombia es uno de los países con más sembradíos de coca, ubicados a lo largo y ancho de todas las áreas geográficas de la nación. De acuerdo con datos de la Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas (ONDCP), la nación latinoamericana cuanta con alrededor de 220 a 230 mil hectáreas dedicadas al cultivo de esa planta, mientras que las autoridades locales consideran que ese número es considerablemente menor.
No obstante, recientemente el Gobierno parece contar con un nuevo método para solucionar la difícil problemática: se trata del uso drones para fumigar los cultivos de narcóticos con glifosato, una plausible realidad que posiblemente ayudará a disminuir las siembras y el producto resultante.
Colombia es uno de los países con más sembradíos de coca ubicadas en las disimiles áreas geográficas de toda la nación. De acuerdo con la Oficina Nacional para el Control de las Drogas de los Estados Unidos, la nación latinoamericana enumera entre 220 mil y 230 mil hectáreas dedicadas al cultivo, mientras que las autoridades locales consideran cifra es considerablemente menor.
Pero recientemente, el Gobierno parece contar con una nueva solución para poder solucionar la difícil problemática. La implementación de drones para fumigar los cultivos de narcóticos con glifosato es una plausible realidad que disminuirá las siembras y el producto resultante.
Las autoridades gubernamentales de Colombia se dieron a la tarea de encontrar nuevas alternativas para erradicar los sembradíos de coca, luego de que se acordara la firme premisa de limitar la aspersión del glisofato con avionetas. De acuerdo con la administración de Juan Manuel Santos, la aspiración era que la Fuerza Pública pudiera garantizar por sí misma la disminución de los cultivos, lo cual no ha ocurrido hasta ahora.
Figuras cercanas a las más altas esferas del Estado consideran que retomar las fumigaciones con avionetas podrían significar un inmenso costo político para el partido en el poder. Además de una enorme inversión de tiempo y dinero, pues la mayoría de las maquinarias surcaron el país durante casi treinta años.
Los expertos nacionales decidieron desviar su atención de los aeroplanos a los drones, una herramienta tecnológica que ya ha encontrado aplicaciones en la agricultura. Además, en materia de seguridad, el gobierno ya cuenta con experiencias que incluyen a los novedosos equipamientos.
De acuerdo con la Policía Antinarcóticos de Colombia, desde finales de 2017, sus fuerzas comenzaron a realizar pruebas piloto para establecer las características que los equipamientos deben poseer para cumplir adecuadamente con su misión. Según los experimentos, los equipos pudieran ser una considerable ventaja en la lucha contra el tráfico de coca.
En primer lugar, los vuelos serían a alturas menores de las que lograban alcanzar las anteriores avionetas. Esto permite el control total del área que debe fumigarse. Precisamente ese fue uno de los factores que limitó el empleo de las técnicas anteriores. Según las alertas de varios científicos, luego de que el glisofato era diseminado gracias a las avionetas, el viento y las lluvias podían promover con más facilidad hacia otras zonas de cultivos el producto toxico. Los drones no volarán a más de un metro de altura por encima de los cultivos, mientras que la altura mínima será de 50 centímetros.
Además, los drones podrán barrer en un solo vuelo hasta 15 hectáreas, mientras que los fumigadores manuales solo logran destruir entre 3 y 5 a lo largo de todo un día de trabajo. Los aparqatos tecnológicos también podrían minimizar los riesgos de fallecimientos por minas antipersonas. Por lo general, los narcotraficantes rodean sus cultivos con esas bombas para intentar frenar a los equipos de erradicación de drogas.
De acuerdo con un informe de la Policía Antinarcóticos, los drones a emplear tendrán una autonomía de vuelo de un total de 10 minutos y cargarán como mínimo 10 litros de la toxina herbicida. Los aparatos deberán soportar temperaturas superiores a los 40 grados Celsius así como contar con sistemas de GPS, sensores antichoques y grabación automática que permita registrar el recorrido de los implementos tecnológicos.
Recientemente, se hizo pública la decisión del Gobierno de buscar entre las empresas nacionales, aquella capaz de emprender la fabricación del dron fumigador con las principales particularidades exigidas. Para ello se estableció un presupuesto de cerca de 21 mil millones que podrá ser entregado al seleccionado con la mayor brevedad este propio año. Antinarcóticos será el encargado de evaluar todas las propuestas y aprobar el diseño que finalmente será empleado para combatir los sembrados ilegales.