Cómo reducir los desperdicios alimentarios en Latinoamérica
En la región de América Latina se pierden a diario 348 mil toneladas de alimentos y unos 42 millones de personas padecen hambre. Ante esta situación que empresarios y el Banco Interamericano de Desarrollo se comprometieron a financiar proyectos innovadores, políticas públicas y formar conocimiento e información para solucionar el problema. Esta decisión es parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, encaminados a reducir a la mitad, para el 2030, el desperdicio de alimentos y las pérdidas en las cadenas de producción y distribución.
Nuestro planeta está marcado por incongruencias sorprendentes. Por un lado, tenemos una sociedad de consumo educada en la cultura de comprar en vano y desperdiciar en grandes cantidades. Mientras, por el otro, tenemos a millones de personas en todo el mundo que padecen hambre y a los que les escasean los más básicos productos para satisfacer sus necesidades.
La región de América Latina y el Caribe no está exenta de esta situación paradójica. De hecho, en el área se pierden a diario 348 mil toneladas de alimentos y cerca de 42 millones de personas padecen hambre.
Es por esta situación que empresarios, unidos al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se comprometieron a financiar proyectos innovadores, motivar políticas públicas y formar conocimiento e información enfocada en solucionar el problema. Esta decisión forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que están encaminados a reducir a la mitad, para el 2030, el desperdicio de alimentos per cápita y reducir las pérdidas en las cadenas de producción y distribución.
En ese sentido, el presidente del BID, Luis Alberto Moreno, afirmó que para alcanzar dichas metas, la región necesita innovación, mejores políticas públicas y un mayor conocimiento sobre las causas del problema.
El llamado busca forjar alianzas y consensos para trabajar en una agenda con miras al largo plazo, establecida alrededor de cuatro temas: financiar proyectos innovadores, generar políticas públicas que disparen los incentivos adecuados, promover conocimiento e información que posibiliten dimensionar mejor el problema de desperdicio de alimentos y promover nuevos patrones de comportamiento en todos los sectores, que irán desde productores y distribuidores hasta consumidores.
En cuanto a las cifras que describen la situación actual, el desperdicio de alimentos se da en todos los eslabones de la cadena alimenticia. En el proceso de producción se pierde un 28 por ciento; en el manejo y almacenamiento un 21 por ciento; en el procesamiento 6 por ciento; en la distribución y mercadeo el 17 por ciento; mientras que el consumidor final, principalmente en los hogares, desperdicia alrededor del 28 por ciento de los alimentos.