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miércoles, 11 de abril de 2018

Basta de paños tibios en la seguridad colombiana

Por Mia

Las elecciones presidenciales en Colombia se aproximan, faltan tan solo algunas semanas para su iniciación. Las predicciones, análisis, encuestas, puntos de vistas están a la orden del día. Los temas vitales del país son las cartas que han jugado cada uno de los candidatos. La seguridad constituye una de ellas, pero es un poco arbitraria que provenga de candidatos que han caído en la conocida falsedad del populismo punitivo.

Los candidatos ofrecen como solución otorgarle prioridad a la necesidad de acrecentar el pie de fuerza de la policía y los cuerpos expertos contra delitos urbanos, perfeccionar el sistema carcelario, así como combatir la corrupción. Con una sola lectura es eminente que las soluciones son solo para aliviar. Ninguna trata en profundidad el manejo de la seguridad en aras de eliminar los problemas existentes. Es casi imposible ver el programa integral de seguridad de cada candidato, pues las básicas respuestas que aportan no ofrecen datos viables para enmendar los déficit.

Colombia posee varios retos en lo que concierne a la seguridad en el futuro inmediato. La seguridad rural es uno de los de mayor peso. En la actualidad de los 1.122 que tiene Colombia 190 municipios cuenta con una presencia basta de cultivos de hoja de coca, minería criminal, droga o ruta de tráfico de armas. Las capacidades militares de las estructuras delictivas en estas zonas son de peso considerable. A lo que se le suma que existen apenas 10.000 policías rurales en Colombia para abastecer el 99% del territorio nacional. De manera que existen muchas zonas donde la población no tiene servicio de seguridad o justicia. Los colombianos ante tal situación acaban acudiendo a criminales para que regularicen la vida social.

Ninguno de los candidatos ha opinado de la seguridad rural. Generalizan con el tema del narcotráfico y las políticas de represión, pero no esbozan estrategias para eliminar las trabas que impiden obtener la seguridad rural. Sus cartas de presentación podrían ir de la mano de propuesta de aumento de una cifra de 10.000 a 50.000 policías en un ciclo de no más de seis años. Garantizar para al menos 300 municipios, inspectores de policía, para que la justicia no quede a manos de criminales. Asimismo se pudiera priorizar los aparatos militares permanentes en las zonas rurales y policías en los distintos corredores de movilidad.

Los cambios para una mejor seguridad, de hecho para alcanzar esa seguridad que hoy en día Colombia echa en falta, requieren de varios debates. Pero todo vale la pena, así demore un tiempo el alcance final del bienestar social. Así las discusiones y polémicas sean interminables, así las soluciones sean diversas y favorezcan a unos más que a otros vale la pena destapar los ojos al Gobierno y que se tomen las verdaderas cartas en el asunto.