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domingo, 22 de abril de 2018

¡A cocinar recetas prehistóricas!

Por Isabella

La alimentación del hombre se ha ido transformando a lo largo del tiempo. Hace unos 2,8 millones de años, cuando surge la especie Homo, éramos vegetarianos, pero luego nos volvimos omnívoros. En la prehistoria la ingesta de hojas, frutos, plantas, raíces, tallos y flores era sistemática; el descubrimiento del fuego en el Paleolítico favoreció la caza y el consumo de carne.

Con las culturas neolíticas, se asimilaron los secretos de la fermentación y otros muchos procesos de metamorfosis de los productos. Así surgieron el pan, la cerveza, el vino, entre otros productos que hoy son tan degustados. La creación de artefactos nos permitió desarrollar técnicas y métodos para conseguir la biomasa animal y sacar más provecho a la fauna. De esta manera logramos aprovechar el tuétano de sus huesos y practicar el gorroneo. Las herramientas, tanto de madera como de piedra, nos permitieron acceder al subsuelo y exhumar bulbos y raíces, o acceder a los disímiles refugios de los insectos, de estos últimos los enjambres de hormigas, constituían uno de los principales.

Durante centenares de miles de años, el género Homo, formado por un gran número de especies, tuvo que adaptarse al medio, alimentándose de vegetales y carnes como todos los omnívoros para sobrevivir. Si bien iniciamos como frugívoros y folívoros, es decir, que esencialmente nos sustentábamos de frutos y hojas, consumíamos además insectos y otros especímenes del mundo animal como pescado.

En la prehistoria se subsistía con lo que se tenía alrededor, lo que en la actualidad denominamos alimentos de proximidad, y se elaboran de manera muy sencilla y muy sana. Esta forma de alimentación se denomina cocina Paleo, que propone la dieta de nuestros orígenes para una vida saludable. Constituye una forma entretenida de revelar cómo eran nuestros antepasados a través de la gastronomía más delicada y original.

Evidentemente, las recetas son inventadas, pero con los nutrientes e ingredientes que se empleaban en aquel momento, los cuales aparecen registrados en disímiles documentados. Hay que tener en cuenta que en la prehistoria se comía por mera necesidad, cuando se tenía hambre o se disponía de alimentos, no existía la concepción actual de la comida durante tres horas, por lo que es necesario elaborar recetas que equilibren los horarios alimenticios.