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lunes, 23 de abril de 2018

20 millones por el cambio

Por DianaLeon

El Congreso de Estados Unidos aprobó el presupuesto para financiar a su gobierno en este año fiscal y como parte de estos, Washington liberó fondos para la subversión en Cuba y para el muro fronterizo en México. 20 millones de dólares es la cantidad destinada para promover el supuesto cambio de régimen en la Isla. Y para el polémico muro que el presidente Trump prometió construir, se consignaron 1 600 millones.

Hace unos días el Congreso de Estados Unidos aprobó el presupuesto para financiar a su gobierno en este año fiscal, que se extiende hasta octubre. Claro que esto ya no es noticia... Pero lo que sí llama la atención es que Washington ha liberado parte de estos fondos para la subversión en Cuba y el muro fronterizo en México. 20 millones de dólares es el monto destinado para promover el supuesto cambio de régimen en la Isla. Y para la seguridad fronteriza con México, o sea, el polémico muro que el presidente Trump prometió construir, se consignaron 1 600 millones.

La cifra destinada a suscitar el cambio de régimen en Cuba, se reviste con el eufemismo de «Programas a favor de la democracia», y contrasta con los recortes masivos aplicados al Departamento de Estado. En el año fiscal 2017, el presidente estadounidense recortó los fondos para la subversión, aunque es válido aclarar que la cifra real dedicada a las agresiones contra Cuba es mucho mayor, y proviene de fuentes distintas a la del Congreso.

Recordemos que la Ley Helms-Burton, aprobada en 1996, estableció el otorgamiento de dinero a programas desestabilizadores contra Cuba. Desde entonces, las diversas administraciones han sugerido cifras para este fin, que han oscilado entre los 10 y 20 millones de dólares. Con ese fondo se financian grupos mercenarios, trasmisiones de radio y televisión contra la Isla, y la guerra sucia en Internet, por solo poner algunos ejemplos.

Esta política del gobierno de Trump hacia Cuba está condenada al fracaso, así lo consideró el intelectual francés Salim Lamrani, en un artículo divulgado esta semana. El académico asevera que al volver a una política basada en la hostilidad hacia la nación caribeña, la administración Trump pone fin a los progresos registrados durante la presidencia de Barack Obama, aferrándose así a una estrategia anacrónica.

Salim expone varias decisiones que demuestran el retroceso, como la reducción del personal de la embajada estadounidense en La Habana, así como la expulsión de diplomáticos cubanos en Washington, bajo el pretexto de presuntos ataques acústicos que, recordemos, los investigadores no han sido capaces de determinar responsables y causas.

De acuerdo con el intelectual, con su política de hostilidad el actual gobierno se opone a la voluntad de la mayoría de los ciudadanos estadounidenses, que aspiran a normalizar las relaciones con Cuba y a poder ir a la isla como turistas, sin obstáculos, lo que está prohibido por Washington hace más de medio siglo.

Mientras tanto, Cuba aboga por el diálogo, siempre en condiciones de respeto.