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miércoles, 7 de marzo de 2018

Las excusas de Estados Unidos

Por H_player36

El Departamento de Estado norteamericano intentó justificar, por enésima ocasión, a inicios de esta semana, su decisión de mantener, de manera indefinida, la reducción del número de funcionarios de su sede diplomática en Cuba, una medida que ha sido considerada por distintas fuentes de carácter politizado.

La portavoz Heather Nauert, mediante comentarios publicados en la red social Twitter, y aparecidos a la comunidad hispanohablante este martes por medio de su cuenta en español, alega que la postura expresada por Rex Tillerson, secretario de Estado del gobierno anglosajón, se debe a la necesidad de proteger al personal diplomático estadounidense ante los supuestos ataques sónicos de los que acusan al gobierno de la Isla.

Mencionó además que todavía está en curso la investigación para determinar de manera correcta y precisa la causa de los incidentes y problemas de salud reportados por los diplomáticos norteamericanos que laboraban en la representación diplomática en La Habana. Dichos padecimientos, que se habrían estado presentando desde finales de 2016 hasta agosto del año pasado, fueron usados como argumento por Washington DC para retirar a más de la mitad del personal estadounidense que laboraba en la Mayor de las Antillas, y también para expulsar a los 17 funcionarios cubanos que se encontraban en la capital de los Estados Unidos.

Según informa el sitio digital de la agencia latinoamericana de noticias Prensa Latina, el pasado viernes el Departamento de Estado dio a conocer la información de que la reducción del personal dejaría de tener carácter temporal y se convertiría en algo oficial a partir del 5 de marzo. De igual forma, se hizo pública la decisión de mantener a Cuba en el Nivel tres una advertencia de viajes, con lo cual se hace un llamado a los estadounidenses a reconsiderar los viajes al territorio que se ubica a unas 90 millas al Sur.

Luego de meses de investigaciones por parte de ambos países, cada una de esas medidas siguen en pie, a pesar de que no existen hasta el momento evidencia alguna relacionada con estos incidentes de salud que desde Washington se califican como ataques, y mucho menos aparecen indicadores que apuntes a las presuntas causas. El Departamento de Estado sostiene ahora que Cuba debería centrarse en ayudar a localizar quién o qué es responsable del daño a ciudadanos norteamericanos, cuando los propios representantes de las agencias especializadas que han viajado a La Habana han reconocido la cooperación de la isla en el tema.

Al mismo tiempo, la agencia recordó la obligación de Cuba de proteger a los diplomáticos en cumplimiento de la Convención de Viena, pese a las reiteradas garantías del país antillano de que cumple rigurosamente ese tratado multilateral. Los comentarios del gobierno estadounidense se dan luego de que la isla y varios sectores norteamericanos criticaran la decisión sobre las medidas y su carácter político.

El director general de Estados Unidos de la cancillería cubana, Carlos Fernández de Cossío, manifestó ayer a la prensa que se trata de posturas guiadas por motivaciones políticas, las cuales 'se suman a la larga lista de hostilidad que el pueblo de Cuba conoce muy bien'. De acuerdo con el funcionario, la Casa Blanca actúa con mala intención y apela a la fabricación política, teniendo en cuenta la inexistencia de pruebas sobre los alegados ataques.

A su vez, el bipartidista Grupo de Trabajo sobre Cuba en el Congreso estadounidense consideró decepcionante el anuncio del viernes pasado y llamó a regresar la embajada a su estado operativo completo. La situación de los diplomáticos en La Habana ha sido muy mal administrada por el Departamento de Estado y altamente politizada por la Casa Blanca y los miembros del Congreso contrarios a la normalización de las relaciones con nuestro vecino, manifestó, a su vez, Collin Laverty, presidente de la agencia Cuba Educational Travel.