La escuela de Parkland vuelve a abrir sus puertas
Este miércoles reinició sus actividades la escuela de la Florida donde el 14 de febrero pasado ocurriera una de las peores masacres registradas en Estados Unidos en los últimos años, en la que perdieron la vida 17 personas a manos de Nikolas Cruz, de 19 años de edad. Según declararon varios estudiantes a los medios de prensa locales, las emociones eran varias, y el miedo de cierta forma, persiste. La escuela Marjory Stoneman Douglas en Parkland reabrió, pero aún sin comenzar sus horarios lectivos normales. De hecho, las sesiones de miércoles y jueves serán para reflexionar y debatir sobnre el tema, además de que se planificaron encuentros con psicólogos y especialistas, para tratar el posible trauma de los estudiantes que regresan a clases.
Este miércoles reinició sus actividades la escuela del estado de la Florida donde el pasado 14 de febrero pasado ocurriera una de las peores masacres registradas en Estados Unidos en los últimos años, donde perdieron la vida unas 17 personas a manos de Nikolas Cruz, antiguo estudiante de la misma que solo tiene 19 años de edad. Según declararon varios estudiantes a medios de prensa locales, las emociones eran varias, y el miedo de cierta forma, persiste. Varios adolescentes confesaron que todavía era recurrente en su memoria y sueños la imagen de un joven de la misma edad acribillando a tiros a sus ex compañeros de escuela y a maestros, mientras todos huían despavoridos al ver caer a su lado a sus amigos.
Ante esta realidad, la escuela Marjory Stoneman Douglas en Parkland reabrió, pero aún sin comenzar sus horarios lectivos normales. De hecho, las sesiones de miércoles y jueves serán para reflexionar y debatir sobnre el tema, además de que se planificaron encuentros con psicólogos y especialistas, para tratar el posible trauma de los estudiantes que regresan a clases. Tanzil Philip, de 16 años, dijo a las cámaras que no sabía cómo se sentiría en los siguientes días, y que se trataba de muchas emociones distintas.
El joven aseguró estar asustado y también feliz de recuperar algún sentido de normalidad, aunque no sabe cómo se sentiría cuando sus padres lo dejen en la escuela y todos estén sentados, justo al lado de los pupitres de sus amigos que fallecieron en la tragedia. Las orientaciones de la escuela comenzaron desde hace varios días, cuando el domingo se realizaran encuentros voluntarios con alumnos y maestros, jornada en la que Philip participó. Sin embargo, en esta ocasión, aseguró que se sentiría un poco triste porque sabe que el día completo se pasará hablando sobre un tema que pocos quieren recordar.
Por el contrario, los expertos han señalado la necesidad de abordar el tema repetidamente, sea para que lo superen, o para que se pierda el miedo de que se vuelva a repetir el incidente. Nicole Mavrides, psiquiatra y profesora de la Universidad de Miami, explicó que tener las conversaciones es muy necesario, así como responder todas las preguntas a los adolescentes y jóvenes de la escuela. Según dijo la especialista, es importante preguntarles qué recuerdan y qué saben sobre ese día, así como qué sensación les provoca, además de si tienen alguna pregunta sobre lo ocurrido el 14 de febrero.
La profesora añadió que es normal que se sufra una reacción de estrés agudo luego de exponerse a un trauma semejante, por lo que será difícil para los alumnos de Parkland volver a las clases. Sin embargo, dijo que quienes pasaron por ese momento pueden tener la certeza de que los maestros, terapeutas y religiosos se enfocan en ayudar a los estudiantes a sacar las emociones afuera para que el capítulo cierre en sus mentes. Además, comentó que hay que hacerles saber que no hay nadie esperando a que ellos lo tomen sencillo y no le den interés a lo que sucedió, y que sepan que está bien sentir rabia y que tengan miedo incluso.
En un gesto sobrecogedor, el director de la escuela prometió el sábado anterior abrazar a cada uno de los tres mil 300 estudiantes que conforman el plantel si así ellos lo querían, y lo cumplió, cuando los alumnos fueron a recoger las pertenencias que abandonaron en medio del tiroteo. Otra estudiante que sobrevivió el ataque, identificada como Jenna Korsten, dijo a la prensa que en la escuela eran una familia y que había que estar juntos en esto.
Mientras tanto, la imagen de la escuela y sus alrededores no ha cambiado mucho, aunque distingue la cerca que bordea la institución, que está cubierta de peluches, carteles y velas en recordación de los sucesos del 14 de febrero y que piden la prohibición de las armas.
