Infidelidades digitalizadas
Enviar corazones o mensajes recurrentes a personas disímiles a la pareja es, según los expertos, una nueva categoría de infidelidad que predomina en internet. Esta conducta podría poner en peligro el vínculo amoroso. Cuando uno de los integrantes de la pareja pone ´´Me Gusta´´ en una foto sexy de un amigo o de una amiga, germina una discusión.
Antes que se crearan las redes sociales era necesario el contacto físico para cometer una infidelidad. Pero en pleno desarrollo de la era digital, esta percepción se ha convertido en algo muy complejo de distinguir esa franja que separa la amistad de la infidelidad. Un psicólogo de la Universidad de South Wales en Reino Unido, el doctor Martin Graff afirmó que estos problemas ocurren por la naturaleza confusa de muchos de los mensajes transferidos por las redes sociales. Aunque no implica contacto físico y se diferencie de la infidelidad real, en la práctica corresponde a caminar por arenas movedizas.
Para complicar aún más las cosas, los psicólogos introdujeron el concepto de microengaño. Incluyen en dicha categoría comportamientos como seguir a un antiguo novio o amante en sus cuentas, o guardar el contacto de alguien bajo otro nombre. El uso de emoticones con corazones u otros dibujos con alusión al amor romántico, agregar a un antiguo amor a snapchat o agregarlo a instagram, intercambiar mensajes sin que su pareja lo sepa, chequear las páginas del facebook de tu ex pareja sin que tu pareja lo sepa, ver porno a escondidas o tener una cuenta en Tinder son claros ejemplos de las nuevas formas de ser infiel.
En este desarrollo apresurado que existe en la actualidad, se necesita mucho menos para engañar y poner en peligro una relación. A decir de la escritora y psicóloga Michele Weiner-Davis ´´Es una bajada resbalosa, en la que cada decisión puede acercar más a los infieles hasta que un día pasan del engaño emocional al físico”. Por eso, los chats donde cada vez se comparten más asuntos íntimos son una buena señal para saber que se está cruzando esa delgada línea roja.
De esta forma los engaños se hacen mucho más fáciles en la era digital, con solo un clic ya podríamos estar perjudicando nuestra relación. Sin embargo, también pueden entrar a jugar en esta ecuación diferentes factores asociados a la curiosidad y no tanto a una intención clara de ser infiel.
