El letal cáncer de páncreas
El cáncer de páncreas es una de las neoplasias más agresivas debido a su avance silencioso que lleva a que, por lo general, cuando se detecta, es demasiado tarde. En ese sentido, mientras la supervivencia al cáncer aumenta en el mundo, siendo altísima en España en tumores de mama (85 por ciento), de próstata (90 por ciento) y en melanomas (87 por ciento), el de páncreas suele ser letal, con menos del 5 por ciento de los pacientes que sobrevive al tumor pancreático más habitual, el adenocarcinoma ductal.
Paco Real y su equipo del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), en Madrid, busca señales que alerten de la aparición de este cáncer. Real explica que el 80 por ciento de los pacientes se diagnostican cuando la enfermedad está ya muy avanzada, por tanto, solo el 20 por ciento se puede tratar con cirugía. Y, además, es un tumor que responde pobremente al tratamiento.
Un equipo internacional capitaneado por el especialista acaba de descubrir en ratones lo que llamaron “la parrilla de salida” del cáncer de páncreas: un estado preinflamatorio de ese órgano con forma de pera alargada, que se encuentra entre el estómago y la columna vertebral. El hallazgo, publicado en la revista Nature, podría servir en un futuro lejano para identificar a personas con un mayor riesgo de desarrollar un cáncer de páncreas, para diagnosticarlas antes.
El oncólogo señala que la inflamación es un arma de doble filo, pues es un mecanismo protector para responder a agresiones externas, pero cuando la inflamación persiste, tiene un efecto negativo en la salud y puede favorecer el desarrollo de tumores.
El nuevo estudio revela que la inflamación no es una respuesta defensiva que comienza de cero ante un ataque, sino que es una herramienta que está siempre al ralentí en los tejidos sanos del páncreas. El interruptor de la inflamación es el gen NR5A2, implicado en la actividad normal del páncreas, pero que también reprime los fenómenos inflamatorios.
Como describe Isidoro Cobo, investigador del CNIO y primer firmante del estudio, es un estado de preinflamación genética. Añadió que el patólogo puede ver un páncreas normal, cuando no es normal. En el caso de los ratones, cuando hay niveles normales de la proteína NR5A2, que es codificada por el gen, no hay inflamación. Pero, cuando los niveles de NR5A2 descienden, los programas inflamatorios se activan y aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas. Además, las personas con determinadas variantes de este gen son más propensas a un tumor pancreático.
La oncóloga italiana Paola Martinelli, coautora del trabajo, considera que una vez que se hayan identificado pacientes con la mutación del gen NR5A2, podrían recibir un tratamiento con antiinflamatorios para disminuir el riesgo de cáncer. Y añade que ahora se puede pensar en una terapia preventiva.