El deporte colombiano mira lejos
En pocos meses dará comienzo en territorio colombiano la vigesimotercera edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que tendrán como sede a la espectacular ciudad de Barranquilla, la cual será el cierre de una etapa especial para el deporte en esa nación suramericana, o más bien un punto de partida hacia el futuro del mismo, con la mirada puesta mucho más allá del contexto continental, exactamente en la cita olímpica. La primera demostración de la capacidad para realizar y organizar esos grandes eventos fueron los Juegos Bolivarianos de 2017, realizados en Santa Marta, y fue superada con nota más que alta.
Hasta la fecha, la organización barranquillera, sede por segunda vez de unos juegos centrocaribe de este tipo, luego de la que acogiera en 1946, viene siendo una fuente de constantes alegrías, pues no solo marcha a buen paso, sino que ha logrado crear excelentes nuevas instalaciones, así como dar una nueva vida a otras que con el tiempo habían ido perdiendo parte de su brío.
Entre ellas se encuentra el flamante nuevo estadio de béisbol “Edgar Rentería”, nombrado en honor del estelar pelotero que entre 1996 y 2011 defendiera en Grandes Ligas las franelas de los Marlins de Florida, Cardenales de San Luis, Medias Rojas de Boston, Bravos de Atlanta, Tigres de Detroit, Gigantes de San Francisco y Rojos de Cincinnati.
Otro sitio que recibió una gran remodelación fue el estadio Romelio Martínez, casa del Baranquilla F.C. de la categoría Primera B, y que en julio recibirá en su cancha el torneo de fútbol de los Juegos.
En total serán 100 mil metros cuadrados de espacios públicos que serán recuperados por concepto de revitalización o mejoramiento, un número que no solo significa más estadios, sino un ambiente más bello y que se integrará perfectamente con el medio ambiente del distrito.
Otro motivo para sentirse orgulloso ha sido el surgimiento y consolidación de varias estrellas de calibre internacional en diferentes disciplinas, son dos ejemplos que explican el desarrollo de un sector que el gobierno de la nación está potenciando cada vez más.
Entre ellos se incluye la atleta de triple salto Caterine Ibargüen, campeona olímpica en Río de Janeiro y doble monarca mundial en Moscú 2013 y Beijing 2015; Mariana Pajón, titular olímpica en Londres y Río en la modalidad ciclística de BMX; Yuberjen Martínez, boxeador de la división minimosca que ya fue medallista de plata en la última cita bajo los cinco aros; y Yuri Alvear, segunda también en 2016 en la capital brasileña.
Pero para entender todo este fenómeno habría que señalar inequívocamente hacia la administración que encabeza el presidente Juan Manuel Santos, quien ha destinado el máximo de los recursos posibles para que el talento que existe en su país pueda alcanzar nuevas metas en el mundo del músculo.
Hace seis años, en 2012, Santos promovió la creación de un proyecto llamado “Supérate intercolegiados”, definido en el sitio web de Coldeportes como “un Programa nacional descentralizado con enfoque de inclusión, de habilidades y competencias deportivas, académicas y jornadas complementarias deportivas, dirigido a niños, niñas, adolescentes y jóvenes de 7 a 17 años”.
Según cifras del pasado año, este proyecto impactó directamente en la vida de alrededor de 3.7 millones de muchachos repartidos en instituciones educativas de toda la geografía colombiana. Y es que todo ello ha repercutido además en Colombia al punto de que el hecho de ganar medallas en unos Centroamericanos o Panamericanos no sea un sueño para los niños.
Precisamente con esa misma proyección hacia el futuro es que mira el país, que ha puesto el foco un poco más allá, en las dos competencias más importantes del mundo atlético: los Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2022, para lo cual han definido un grupo de deportistas priorizados que se presentan como candidatos a llenar los grandes podios.