Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

miércoles, 14 de febrero de 2018

El zumo también engorda

Por EvelynR

La concepción de un buen desayuno y además, saludable, incluye sin dudas el zumo natural recién exprimido, que además de delicioso es considerado muy saludable. Sin embargo, esta creencia no es realidad así y el clásico jugo de naranja tiene mucho peligro, por muy saludable que sea la fruta de la que provenga. Esta afirmación es hecha por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, que aseguró que un vaso diario de 360 ml de zumo casero puede ocasionar entre 5 y 7 kilos de peso extra al año. Pero el zumo no es la única bebida aparentemente buena que puede causarnos subir de peso: el café, los refrescos isotónicos y las bebidas bajas en calorías (pero altas en otras cosas…) también tienen sus peros.

Esto se debe a los azúcares libres presentes en la fruta exprimida, que también pueden provocar caries. Por ello, es mejor consumir la fruta entera, pues de esta forma aprovecharemos su fibra y tomaremos menos piezas, dejar los zumos caseros para algunas ocasiones y olvidarse de los industriales, que contienen demasiado azúcar.

El creador de Sinazúcar.org, Antonio R. Estrada, explica que el azúcar de los zumos, al ser líquida, se absorbe de manera muy rápida por el organismo; y al pasar a la sangre, acrecienta la cantidad de insulina generada, lo que puede afectar de forma negativa a nuestro cuerpo además de hacernos aumentar el peso.

Mientras que al tomar la fruta entera, el azúcar está incrustada dentro de la fibra y para que pase del estómago a nuestro organismo es necesario un proceso de digestión más lento. Estrada señala que en un zumo de naranja nos estamos tomando 3 naranjas en escasos 20 segundos. Además, un vaso de zumo de 360 ml tendría más de 150 calorías, unos 34 gramos de hidratos de carbono, que son el equivalente a una bolsita de M&M’s de chocolate con leche, que, solo tiene 3 gramos de azúcar más que el jugo, y apenas 0,7 gramos de fibra.

Entre otros efectos, la fructosa que introducimos en el estómago tan rápido a través de los zumos ha sido señalada como causante de hígado graso, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Journal of Hepatology en 2010. Pero el zumo no es la única bebida aparentemente buena que puede causarnos subir de peso: el café, los refrescos isotónicos y las bebidas bajas en calorías (pero altas en otras cosas…) también tienen sus peros.

Café: Beber café está bien y es mejor que el zumo, pero el problema está en su calidad o en lo que le añadimos, como el azúcar. También influye la manera de prepararlo: el expreso pequeño sin azúcar tiene 2 kcal, mientras que un café con crema pequeño llega a las 40 kcal, un capuchino hasta 110 kcal y un vienés (con nata) hasta 140 kcal. Además, según su tamaño, una cucharilla de azúcar puede añadir unas 20 kcal. De ahí que, aparte del tamaño del vaso, influye mucho lo que añadimos a una bebida.

Bebidas bajas en calorías: Los productos con la etiqueta de bajos en calorías en realidad son un cúmulo de azúcares. De acuerdo a la Universidad Purdue de Estados Unidos, que recopiló estudios sobre la materia, beber estos refrescos influye en enfermedades vinculadas con la obesidad, como la diabetes o hipertensión arterial, y también en el aumento de las probabilidades de sufrir un derrame cerebral o retener grasa en la zona abdominal.

También, los niveles elevados de sodio aumentan las posibilidades de sufrir un infarto o enfermedades cardiovasculares. Según un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition, incluso el aspartamo, edulcorante artificial que se añade a estas bebidas como sustitutivo del azúcar, amplía el riesgo de engordar o de sufrir diabetes.

En adición, estas bebidas engañan al metabolismo, según la Universidad de Yale, y no sacian, lo que implica que para eliminar la sensación de hambre tomamos más comida que nos hace engordar.

Bebidas energéticas y para deportistas: Estas bebidas tienen tal cantidad de azúcar y otros componentes que deberías rechazarlas de tu dieta. Como señala la web Sinazúcar.org, algunas marcas incluyen hasta 75 gramos de azúcar, lo que equivale a más de 18 terrones de azúcar. Además, no está solo la problemática de engordar o que puedan provocar diabetes, sino que, entre sus componentes está la cafeína, una sustancia que según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria se ha hallado en una proporción de 70 miligramos por litro de bebida energética, una cantidad muy grande para nuestro organismo, que provocaría insomnio o palpitaciones.

En el caso de las bebidas isotónicas o para deportistas, contienen gran cantidad de azúcares que provocarían los mismos problemas de obesidad, diabetes o caries que las energéticas. Datos de Sinazúcar.org señalan que una botella de 500 ml de una conocida marca tiene 26 gramos de azúcar, los mismos que 6 terrones y medio.

Preparados para adelgazar: Los batidos y preparados que venden farmacias y comercios para adelgazar tienen tanto azúcar como un refresco. La Universidad El Bosque de Bogotá refirió que algunos de estos batidos podían ocasionar problemas en el hígado. El nutricionista Pablo Zumaquero compiló los componentes de uno de estos productos y alertó de la falta o baja proporción de vitaminas y minerales comparados con alternativas más saludables. Esto influye en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y problemas dentales.