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martes, 6 de febrero de 2018

Cuba y Estados Unidos, por el mismo camino de acusaciones

Por Hector_25

En sus declaraciones, los funcionarios del MINREX calificaron la gira de Tillerson y el más reciente discurso del presidente norteamericano, como una nueva agresión de Washington contra Cuba y Venezuela. Momento muy delicado es este para las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, principalmente desde que este último acusó al gobierno de La Habana de perpetrar unos supuestos ataques acústicos que dañaron a 24 de sus funcionarios en la Isla entre el 2016 y 2017. Así, mientras sobreviven algunos vínculos económicos y comerciales entre ambas naciones, la gran pregunta continúa siendo hasta qué punto volverán a distenderse las conversaciones y en qué medida afectaría esta escalada de guerra fría en pleno siglo XXI a los pueblos de ambos países.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Cuba (MINREX) emitió una nota oficial en la que acusó al secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, de mantener una postura de “desprecio y arrogancia” durante su gira latinoamericana. Dicho comunicado señala que desde la llegada a la Casa Blanca del magnate Donald Trump, los círculos de poder de Estados Unidos han disuelto el “deshielo” que protagonizó su predecesor, Barack Obama, en las relaciones entre Washington y La Habana y refleja una postura semejante a la de guerra fría que por tantos años mantuvo a ambos países alejados.

En sus declaraciones, los funcionarios del MINREX calificaron la gira de Tillerson y el más reciente discurso del presidente norteamericano, como una nueva agresión de Washington contra Cuba y Venezuela. Precisamente en su discurso sobre el Estado de la Unión, Trump llamó a los gobiernos de ambos países como “dictaduras comunistas”. Desde La Habana se plantea que la actual gira regional de Rex Tillerson tiene un marcado carácter “imperialista” y se subrayó que su único objetivo es "incentivar la división y la sumisión entre los Gobiernos latinoamericanos". Por otro lado, hicieron pronósticos de un fracaso de esos propósitos de dominio, puesto que Washington debería enfrentar “el repudio que inspiran sus anuncios y con la dignidad de los pueblos de la región, quienes cargan con la memoria de los cientos de miles de muertos y desaparecidos por las dictaduras militares auspiciadas por Estados Unidos".

La Cancillería de la isla caribeña expuso que las declaraciones de Tillerson se ajustan claramente “a los esquemas de cambio de régimen, que han cobrado millones de víctimas inocentes en varias partes del mundo y promovido la violencia, la guerra, las crisis humanitarias y la inestabilidad, demostrando su fracaso”. Asimismo, expresa su inconformidad con esta gira regional que lleva a cabo, que ya incluyó a Argentina y a México, y que tiene entre sus siguientes escalas Jamaica, Colombia y Perú.

Tales hechos ocurren a un año de asumir la presidencia Donald Trump, por el partido republicano, quien ha erosionado las relaciones diplomáticas que estaban en vías de restauración desde finales de 2015, tras más de cinco décadas de distanciamiento y un contacto político casi nulo. Desde Estados Unidos, entretanto, las autoridades han decidido continuar con su campaña de descrédito a la convicción de Cuba como destino turístico, secundando así el llamado hecho a los ciudadanos de esa nación norteña de “repensarse” los posibles viajes a Cuba por problemas de seguridad. Es de hecho, en el sector turístico y algunas otras ramas económicas donde persisten las relaciones entre ambos países, con el riesgo de que empiecen a sentir los efectos de una eventual decisión estadounidense de limitarlos.

Otra de las decisiones más recientes de Estados Unidos es la de crear una “fuerza de tarea” de cara a Internet, diseñada especialmente para Cuba. Se trata de un grupo capaz de “promover el flujo de información libre y no regulada” a la Isla, una idea que fue denunciada instantáneamente por los medios estatales castristas como subversiva y violadora de los derechos de autodeterminación cubanos. Esta fuerza de tarea examinaría los desafíos tecnológicos y las oportunidades para expandir el acceso a Internet y los medios independientes en la Mayor de las Antillas.

Momento muy delicado es este para las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, principalmente desde que este último acusó al gobierno de La Habana de perpetrar unos supuestos ataques acústicos que dañaron a 24 de sus funcionarios en la Isla entre el 2016 y 2017. Así, mientras sobreviven algunos vínculos económicos y comerciales entre ambas naciones, la gran pregunta continúa siendo hasta qué punto volverán a distenderse las conversaciones y en qué medida afectaría esta escalada de guerra fría en pleno siglo XXI a los pueblos de ambos países.