«Capitán», el perro más fiel del mundo
A menudo se habla sobre perros que son más fieles que los seres humanos y permanecen junto a sus amos durante toda la vida, e incluso después de que esta termina. Pero el caso de «Capitán», una mezcla de husky siberiano y ovejero alemán, merece un apartado ya que durante la mayor parte de su vida acompañó por más de 10 años a su dueño en la tumba de un cementerio, en Argentina.
El ya famoso can se desplazaba allí sin que nadie lo llevara para estar con su fallecido amo, pero antes tuvo una historia que contar. A continuación se la cuento.
«Capitán» llegó a una casa de Córdoba (Argentina), en el 2005, cuando Miguel Guzmán, un padre de familia, se lo regaló a sus hijos. Pero al año siguiente el hombre murió. Este desafortunado hecho marco el comienzo de una emotiva historia que tuvo como protagonista a este animal.
Y es que a los pocos días de la muerte de Miguel, «Capitán» desapareció sin dejar rastro para luego volver y pasar su tiempo acostado en las inmediaciones de la casa. Hasta que, finalmente, se fue para no regresar jamás. Ahora el destino no fue el esperado. Pero un día, cuando los Guzmán fueron a visitar la tumba de Miguel, recibieron una grata sorpresa: allí estaba «Capitán», echado junto a la última morada de su dueño. Aunque no se sabe cómo llegó allá.
Entonces los Guzmán trajeron al perro de regreso a casa, pero de todos modos este se escapaba y volvía al campo santo. De hecho, según cuentan los trabajadores del lugar, a las seis de la tarde, exactamente, la mascota se echaba al lado de la tumba de Miguel.
Como era de esperarse esta historia se volvió conocida en todos los medios locales y trascendió por lo que personas de muchos lugares de Argentina que pasaban por la localidad cordobesa acudían a visitar a este «ciudadano» ilustre.
Así vivió por más de una década (12 años para ser exactos) hasta que el tiempo le pasó la factura. Y es que «Capitán» ya tenía unos 15 años de vida, una insuficiencia renal y serios problemas de salud que le aquejaban. Además, estaba ciego y a duras penas se podía trasladar.
No obstante permanecía firme junto a Miguel, su eterno dueño. Esto hasta su muerte, una pérdida que toda Argentina sufre, al punto de que se ha abierto un debate sobre qué hacer con sus restos. Existen quienes lo quieren enterrar junto a Miguel, otros que pretenden incinerarlo y esparcir sus cenizas en la plaza principal para después construir un monumento al que fuese el perro más fiel del mundo.