68 millones de niñas mutiladas
Por generaciones, el procedimiento tradicional de mutilar a las féminas desde tempranas edades, ha derivado en un nocivo concepto de al vida que ha lanzado a miles de ellas al sufrimiento. Si la humanidad no hace algo para poner fin a la tragedia universal que esto conlleva, las cifras continuarán creciendo estrepitosamente.
Entre 2015 y 2030, 68 millones de niñas en el mundo tendrán que enfrentar la mutilación genital. Ello representaría un alarmante incremento, de acuerdo con el pronóstico del Fondo de Población de Naciones Unidas (FPNU).
Según lo investigado por el FPNU, a menos que se aúnen esfuerzos masivos para impedirlo, la actual cifra de 3,9 millones de niñas mutiladas por año se elevará a 4,6 millones hasta el 2030. El aumento está directamente relacionado con el crecimiento poblacional que se prevé en comunidades practicantes de esa perjudicial costumbre. Así, los nuevos indicadores arrojan luz sobre cuán lejos nos hallamos de lograr poner punto y aparte a la mutilación genital femenina, como lamentara Natalia Kanem, directora ejecutiva del FPNU.
Ella, en nombre de esas niñas, dijo que debemos fomentar con rapidez los esfuerzos para cumplir esa promesa colectiva —que aún parece una quimera—de poner fin a la mutilación genital femenina para el venidero 2030. Para obtener las nuevas cifras, la FPNU incluyó datos de países como Indonesia. Allá, alrededor de un millón de niñas padecen en su primer año de vida esta práctica flageladora. A pesar de todo, el peligro de que una niña resulte mutilada es menor ahora, como estimado, en un tercio, que hace tres décadas. Pero, paradójicamente estas mutilaciones empiezan a realizarse con más fuerza cuando se eleva el número de hembras dentro de las poblaciones.
UNFPA lidera junto a Unicef el más holístico programa mundial para desacelerar esa práctica y seguirá abogando tanto por el fin de la misma, como porque las comunidades avancen en esa lucha, muy mal vista a las alturas del siglo XXI. Hoy día, la cifra de niñas y mujeres que en todo el mundo han tenido que cargar con la huella de una mutilación genital supera los 200 millones. A su cuenta corren vidas llenas de aflicciones y riesgos graves para la salud, incluso la muerte.