Colombia no ve ninguna luz al final del túnel
Este 31 de enero era el día acordado para la celebración del V Ciclo de Diálogos entre el gobierno de Colombia y el insurgente Ejército de Liberación Nacional (ELN, sin embargo una serie de sucesos llevaron al presidente Juan Manuel Santos a suspender la cita pactada en Quito, la capital ecuatoriana.
Mediante su cuenta en la red social Twitter, el jefe de la delegación del Gobierno a la mesa de diálogo y exvicepresidente, Gustavo Bell, refirió que de acuerdo con lo decidido por el mandatario del país, el equipo negociador no viajará a Ecuador, y se quedará en Bogotá. Dicha decisión de parte del gobierno ya había sido ratificada por el ministro del Interior del país suramericano, Guillermo Rivera, debido a los atentados que sacudieron varias regiones del país este fin de semana y que se habría atribuido una facción urbana del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Rivera dijo que mientras el ELN continúe con esta “actuación demencial, terrorista”, la decisión de Santos ha quedado clara, y en la medida que dejen atrás ese tipo de acciones se podrán repensar y mejorar las cosas.
Por su parte, el Comando central del ELN pidió al Ejecutivo de Santos mostrar una coherencia con los compromisos contraídos previamente en las negociaciones para alcanzar la paz, y consideró que hay que sobreponerse a las adversidades que siempre se presentan y deben solucionarse las dificultades de acuerdo a los instrumentos creados para la situación pacífica del conflicto, siendo en ese caso la Mesa de Quito.
Mediante el comunicado, la última guerrilla activa de Colombia recordó que durante al cese al fuego bilateral, establecido entre el 1ro de octubre y el 9 de enero pasados siguieron cometiéndose asesinatos contra líderes sociales, hechos en los cuales el gobierno del país se negó a evaluar y donde fuerzas del propio Estado se encontraban comprometidos. Igualmente el ELN afirmó que está dispuesto a asumir la responsabilidad en donde fallaron, y dijeron que tras el vencimiento de la tregua las estructuras de la organización quedaron libres para realizar las operaciones militares que ya habían sido previamente marcadas.
El documento también estuvo de acuerdo en la coherencia pedida por el gobierno de Santos en aras de continuar los diálogos.
