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miércoles, 4 de julio de 2018

Sin reproches, Colombia es eliminada en el Mundial

Por Aliet Arzola

La aventura de Colombia en el Mundial de Rusia ha terminado. Y ha terminado, quizás, demasiado pronto, porque la Selección mostró el carácter y la garra suficientes para avanzar a cuartos de final, instancia en la que sí estará Inglaterra, verdugo del once cafetero en Moscú, donde todo se definió en la tanda de penales, esa lotería de la cual puedes salir en hombros, o terminar llorando en el césped.

A los colombianos les tocó la peor suerte frente al combinado inglés, que estuvo al borde del abismo cuando David Ospina detuvo de manera magistral el cobro de Jordan Henderson. Pero ese instante de alegría y esperanza se esfumó en cuestiones de segundos, cuando Mateus Uribe y Carlos Bacca fallaron sus oportunidades, mientras el resto de los europeos marcaban, pese a la notable anticipación de Ospina, quien se lanzó bien en cada uno de los cinco tiros de la tanda. Así terminó la historia colombiana en Rusia, aunque la misma no se puede reducir a la lotería de los penales, porque el desempeño previo de los hombres de José Pekerman despertó pasiones y emociones en el Spartak Stadium.

Todos los honores van para los chicos que pelearon sin cesar, que se sobrepusieron a la ausencia por lesión de la gran estrella (James Rodríguez), y que sacaron del congelador, ya en el descuento, un partido que perdían desde los inicios del segundo tiempo por un penal de Carlos “La Roca” Sánchez sobre Harry Kane. Los colombianos remaron a contracorriente en todos los sentidos, incluso con el árbitro Mark Geiger, quien los desquició en algunos trances por sancionar de manera muy severa cada una de sus acciones, mientras los ingleses pasaban desapercibidos a los ojos del colegiado. Hasta seis cartulinas amarillas mostró el juez a los jugadores sudamericanos, y al menos dos de ellas fueron totalmente inmerecidas, o provocadas por decisiones muy controversiales que desataron las protestas de los colombianos. Por cierto, todas las miradas y las protestas fueron contra Geiger, pero los oficiales del VAR nunca hicieron una seña desde su cuarto oscuro, y para ellos también podrían dirigirse los reclamos, teniendo en cuenta todas las irregularidades arbitrales.

Pero más allá de cuestiones arbitrales y de penales fallados o anotados, el partido fue un verdadero carrusel para los cafeteros, que se plantaron en la cancha con un trivote (“La Roca”, Wilmar Barrios y Jefferson Lerma), del cual Barrios resultó, de largo, el punto más alto. Al mediocentro de Boca Juniors no se le escapó nada en todo el encuentro, peleó con la línea medular de Inglaterra y ganó una buena cantidad de duelos. Lerma estuvo por debajo respecto a sus anteriores presentaciones, mientras “La Roca” se presentó a su nivel, aunque provocó el penal que Kane anotó para abrir el marcador. El único problema de alinear a estos tres pitbulls en el centro del campo fue que Radamel Falcao quedó demasiado aislado en punta, y Juan Fernando Quintero también estuvo muy desconectado, con la obligación de retroceder demasiado para buscar balones y servir al frente.

Quizás ese detalle dio a Inglaterra mucho margen para pensar y para controlar el desafío, aunque sin demasiado peligro, pues los esquemas de Gareth Southgate son cada vez más extraños, con muchos hombres fuera de posición, lejos de su verdadera área de influencia. No obstante, a los ingleses les alcanzó con poco para mover el balón y alejarlo casi todo el tiempo de su zona defensiva, salvo por algunas internadas de Mojica por la izquierda, algún alboroto de Cuadrado, o la eterna lucha de Falcao, quien peleó sin suerte en la solitaria pradera de la delantera. Ya, por último, Uribe fue el más activo del insípido ataque colombiano, y casi marca el empate con un derechazo desde más de 30 metros, salvado por Pickford con los dedos. Justo después de esa jugada, en un córner, Yerry Mina logró su tercer gol del Mundial y el empate, en tiempo de descuento. La locura sudamericana se apoderó de Moscú, pero nada sucedió en el tiempo y en los penales, lotería al fin, el premio se lo llevaron los ingleses. Así terminó la historia cafetera en Rusia, desde donde emprenden el largo viaje de regreso a casa, sin reproches.