Colombia está de luto
Durante la noche de este pasado viernes se ha convocado, en varias ciudades del mundo, la Velatón. Ecuador, Brasil, Argentina, México, Panamá, Costa Rica, Chile, Perú y Uruguay han encendido velas en Latinoamérica, y en Europa se han encendido en Alemania, Portugal, Bélgica, España, Inglaterra, Francia e Italia, además de Estados Unidos, Canadá y Australia.
La campaña fue compartida en las RRSS bajo las etiquetas #VelatonPorLaVida y #NosEstánMatando
Esta campaña quiere visibilizar y denunciar la gran masacre que viven los líderes sociales colombianos, de los cuales, tan solo en lo que llevamos de año, han fallecido 120. El promedio es uno por día.
Antioquía y Cauca – pero especialmente este segundo – son los dos estados donde más líderes sociales han fallecido debido al crimen organizado. Desde 2016 hasta la actualidad, han sido asesinados en Cauca 78 líderes sociales, mientras que en Antioquía el número de homicidios asciende hasta 43.
Incluso durante la noche del Velatón se hicieron públicas nuevas amenazas a líderes sociales, específicamente en Putumayo y Antioquía. Laura Montoya es periodista y líder social, y pronto podría dejar de ser ambas cosas si las amenazas se cumplen. La comunicadora explicó en un programa de radio que le habían llamado y que le dijeron que si no se callaba le llenarían la boca de plomo.
En el caso de Antioquía, el afectado es una incógnita, pero Jorge Rojas se ha encargado de transmitir el mensaje, en el que los criminales dan 24 horas a la víctima para abandonar la región o debía “atenerse a las consecuencias”.
Corría noviembre de 2016 cuando, tras largos meses de arduas negociaciones, se firmó el conocido Acuerdo de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y el actual partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (entonces guerrilla, FARC). La firma de este tratado debía servir para la disolución del grupo armado (o su transición hacia la política), el desarme y la instauración de la paz. Aunque sí se ha hecho una gran labor en el desarme de la guerrilla, la firma del convenio no ha llevado a la paz, sino todo lo contrario: desde entonces ha aumentado la violencia.
En solo la semana pasada asesinaron a cinco líderes sociales más.
