Sonado BOOM de Colombia en el Mundial
En un partido de exigencias, en un partido al límite, sin margen de error, la selección de Colombia demostró de qué material está hecha, y probó que tiene las herramientas para caminar en el Mundial de Rusia, donde se mantiene viva a falta de la última jornada de grupos. La escuadra de José Pekerman enseñó toda su fortaleza mental, dejó a un lado la dura derrota contra Japón (1-2) en la apertura y desbancó con gran personalidad a Polonia, octavo del ranking del orbe y favorito de varios especialistas para comandar el Grupo H. Tres goles anotaron los sudamericanos frente al cuadro europeo, el cual, a falta del choque conclusivo de la llave, ya puede ir haciendo sus maletas de vuelta a casa.
El duelo en cuestión era lo más esperado de la jornada dominical, más que nada por el morbo de ver cuál de los dos favoritos del Grupo H hincaba la rodilla y quedaba sin rumbo en la lid universal de Rusia. Polonia llegó tras perder por dos goles surrealistas de Senegal en la primera jornada, mientras Colombia lo hacía con el recuerdo en mente de la roja y el penal que provocó Carlos “La Roca” Sánchez a solo tres minutos de comenzar el pleito con Japón. Así de traumáticas eras las experiencias previas, las cuales servirían para poner a prueba a las dos selecciones, no solo por su capacidad de juego, sino también por su fortaleza mental.
Y en ese apartado el once cafetero le ganó por goleada a los polacos, que no mostraron ni orden ni actitud en un juego de vida o muerte, pecado capital frente a un elenco con bríos, atrevido y bravo. Así lució la selección en Kazán, territorio que conquistaron con goles de Yerry Mina, Radamel Falcao y Juan Guillermo Cuadrado, aunque perfectamente las dianas pudieron ser a la cuenta de James, Quintero, Uribe, Barrios o Arias, porque todo el elenco se vio muy involucrado y con ganas de aportar su grano de arena.
De entrada, Pekerman sorprendió en alguna medida, sobre todo por la inclusión de Abel Aguilar en lugar de Jefferson Lerma, quien completó un partido de altura frente a Japón. Sin embargo, el técnico confió en la capacidad de recuperación de Wilmar Barrios y le puso al lado a Aguilar, hombre con mayor capacidad de creación respecto a Lerma. El proyecto rindió frutos a medias, porque Colombia fue mejor en los compases iniciales, pero no logró incordiar realmente sobre los dominios de Szczesny. Además, para colmo de males, Aguilar se fue lesionado antes de concluir la primera parte y dejó su lugar a Mateus Uribe, otro con capacidad de asociación y profundidad por la banda derecha.
Otro detalle que llamó la atención fue la inclusión de James Rodríguez y Juan Fernando Quintero en el mismo once, básicamente porque son jugadores calcados que podían incomodarse uno al otro en la cancha. Pero una cosa son las ideas y otra muy diferente la realidad, la cual, al parecer, Pekerman visualizó como un gurú, pues los dos zurdos se asociaron de maravillas y crearon mucho fútbol para los cafeteros. De hecho, James se inventó dos asistencias de lujo, y Quintero fue capaz de imaginar la carrera al espacio de Falcao para servirle una pelota de gol.
Quien primero puso la magia fue el hombre del Bayern de Munich, quien ejerció de líder, apretó en defensa, se sacrificó y, de cara al marco polaco, buscó las mejores opciones de marcar. Así encontró con un centro sublime a Yerry Mina, el único que, por su altura, podía alcanzar la pelota mágica de James. El remate de cabeza del central del Barcelona abrió la cuenta, que se ampliaría luego con un pase filtrado de Quintero a Falcao, rematador de lujo. “El Tigre” salió en carrera y sin nada más que Szczesny por delante, disparó a tres dedos, para que la pelota se alejara poco a poco del alcance del meta. Para sellar la fiesta, James dejó anclada a toda la defensa polaca con un solo desde la banda que habilitó a Cuadrado, impecable en la definición.
Antes y después Colombia tuvo el choque bajo su control. Wilmar Barrios ejerció de mandamás en la medular, donde nunca se vio desbordado, mientras Santiago Arias y Johan Mojica se mostraron más incisivos en sus internadas por las bandas. Como es lógico, el partido no estuvo exento de riesgos para Colombia, pues Polonia, con algo de empuje y nada de ideas, intentó llevarse al menos un gol. Pero ni cuando el marcador estaba cerrado, ni cuando se amplió la ventaja, los europeos pudieron vulnerar el muro de David Ospina, preciso y seguro pese a una dolencia en el tobillo derecho que se resintió en par de oportunidades durante el encuentro.
Ahora Colombia, que suma tres puntos, se jugará la vida contra Senegal (igualó con Japón 2-2 y llegaron a tres unidades) en la última fecha, a la que llegan con las pilas cargadas y con toda la confianza de poder clasificar a octavos, incluso, como punteros de la llave. Será otro duelo al límite, sin margen de error, en el que los cafeteros tratarán de hacerse sentir nuevamente en Rusia.