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domingo, 3 de junio de 2018

La alcachofa, una propuesta redonda

Por Jany

La alcachofa es la flor de la alcachofera que a pesar de no haber madurado, se encuentra en el momento óptimo para su consumo. Se siembra en zonas templadas, principalmente en los países mediterráneos, y no resiste muy bien el exceso de humedad ni las temperaturas por debajo de los 0°C.

Esta hortaliza, originaria del norte de África, posiblemente de Egipto, fue desarrollada por los árabes en Europa Occidental, quienes perfeccionaron las variedades de cultivo. Según afirman los expertos, los romanos y los griegos igualmente las consumieron en abundancia y, al parecer, pensaban que contribuían grandes propiedades digestivas y afrodisíacas al organismo. La alcachofa contiene una variedad de sustancias y principios activos que brindan efectos fisiológicos muy positivos para el cuerpo. De forma que, tanto si se consumen en poca cantidad como en abundancia, las alcachofas son exquisitas en cinarina y cinaropicrina, sustancias que proporcionan el buen funcionamiento de la vesícula biliar. Asimismo lo son en cinarósidos y taninos, cuyos efectos son la estrella de la primavera haciéndolos actuar como antiinflamatorios.

La alcachofa sujeta esteroles, que regulan el colesterol, además es un excelente propuesta nutricional porque contiene vitaminas B1, B2 y B3. Gracias a todas sus propiedades, esta hortaliza ayuda a combatir los efectos de la diabetes y a prevenir enfermedades vasculares. Además, al ser diurética, beneficia la eliminación del líquido excesivo del organismo y ayuda a combatir la obesidad. Son disimiles las recetas que permiten hacer de este alimento una exquisita degustación, de ahí que las personas no duden en incluirla en su lista de compras.

A la hora de conseguir esta hortaliza, es importante seleccionar los ejemplares más gruesos y pesados en correspondencia a su tamaño, con las yemas compactas y bien formadas, de un color verde claro. Para verificar su frescura, hay que acercar la alcachofa al oído y oprimirla; si se oye un crujido, aún está fresca. Otra manera de saberlo es revisando las hojas de la base, si estas son blandas o se abren, no está fresca. Una vez en el hogar, para que se almacene durante más tiempo, es significativo guardarla en un lugar fresco. Pero esta no es la única manera de obtenerla la alcachofa también se puede comprar en conserva, envasada al vacío o congelada, el hecho es que en cualquiera de sus variedades constituye un importante nutriente.