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domingo, 3 de junio de 2018

El origen de Mercurio

Por Camila.Mayo

Científicos de diferentes países, unidos en un grupo de investigación, dieron a conocer el descubrimiento de un sistema planetario, al cual han denominado K2-229, que tiene como singularidad orbitar alrededor de una estrella muy semejante al Sol, y cuyas propiedades y formación resultan también muy similares al planeta Mercurio de nuestro sistema.

El hallazgo fue publicado en la revista Nature Astronomy y ha sido posible por el uso del observatorio espacial Kepler y el empleo del llamado método de los tránsitos planetarios, el cual consiste en aprovechar los ocultamientos parecidos a los eclipses, explicó David Barrado, miembro del equipo de investigación. Asimismo, el científico resaltó que la información obtenida hasta el momento aporta nuevos datos para el conocimiento del planeta Mercurio, sus características, y los procesos que finalmente dieron lugar a la aparición de los conocidos planetas rocosos en el Sistema Solar.

De acuerdo con Barrado, los tres planetas que integran el nuevo sistema tienen periodos de rotación muy breves, siendo el del más próximo a su estrella, nombrado K2-229 b, de tan solo 14 horas. Otras características de los planetas encontrados son el tener radios un poco mayores que la Tierra, mientras que las temperaturas superficiales de los dos planetas más internos se halla entre los 2 000 y los 700 grados centígrados.

Lo más relevante de este descubrimiento es la información que puede aportar en torno al planeta Mercurio, un lugar hacia el cual se pretende, próximamente, el lanzamiento de la sonda europea BepiColombo. Mercurio, por su composición, ha obsesionado a los científicos, quienes no han parado de buscar explicaciones al hecho de que su composición sea completamente diferente a la del resto del sistema solar, al tener un 70% de núcleo metálico y un 30% de manto de silicatos. En el caso del nuevo sistema planetario y según los criterios de Barrado, la proximidad del planeta K2-229b a su estrella pudiera ser la razón por la cual la parte más externa del planeta se volatiliza y queda una atmósfera de vapores de silicatos. Para el investigador una parte de ese material se podría haber perdido en el espacio, de ahí la singular composición del planeta.

Por lo pronto la sonda que investigará a Mercurio será impulsada el próximo otoño como resultado de la colaboración entre la Agencia Espacial Europea y la Japonesa de Exploración Aeroespacial, con una notable contribución del Centro de Astrobiología de España.