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sábado, 5 de mayo de 2018

Sus familias siguen pidiendo los cuerpos

Por Idefix

El mundo entero, y en particular Latinoamérica, pidió con indignación que se diera a conocer al arbitrario asesinato de los periodistas ecuatorianos del diario El Comercio contra quienes atentaron varios guerrilleros paramilitares colombianos. Las víctimas: Paúl Rivas, Efraín Segarra y Javier Ortega, se hallaban en la nación vecina para documentar la difícil y violenta situación que sucede en el territorio fronterizo.

Ellos fueron capturados por el grupo armado conocido, y autodenominado, como frente Oliver Sinisterra. Los corresponsales fueron apresados contra su voluntad durante varias jornadas, y posteriormente fueron asesinados. Por si fuera poco, la brutalidad del crimen ha tenido serias repercusiones para el proceso de paz colombiano.

Alias Guacho, líder de la organización terrorista que cometiera el deleznable acto, pidió recientemente al gobierno de Lenín Moreno un alto al fuego. El pretexto esgrimido por el grupo guerrillero fue el de poder entablar un diálogo sobre la devolución de los cuerpos de los tres periodistas. A través de un comunicado, el frente Oliver Sinisterra solicitó a Ecuador, la liberación de todos los miembros de su agrupación retenidas tanto a un lado como otro de la frontera.

“Esperamos que se libera a todas las personas, milicianos, guerrilleros y civiles, retenidos tanto en Ecuador como Colombia. Creemos que es necesario la concreción de un corredor humanitario en las áreas limítrofes entre los dos países. Solo así podremos entregar a la inteligencia militar ecuatoriana los cadáveres y a los dos retenidos”, reza textualmente la notificación emitida por los terroristas. Los dos retenidos a los cuales se refiere el comunicado son una joven pareja de ecuatorianos, hombre y mujer, que se encuentra bajo custodia del frente Oliver Sinisterra desde hace más de dos semanas.

Por otro lado, el grupo armado afirma que el gobierno de Lenín Moreno “está siguiendo una senda equivocada, dado que firmó un convenio con las autoridades de Colombia para combatirnos directamente”. La notificación también refiere que Ecuador ha pactado con “los gringos mercenarios”, en relación al recién firmado acuerdo entre la nación suramericana y los Estados Unidos. Para alias Guacho y sus seguidores esa es una acción que se debe combatir porque promueve la proliferación de bases navales estadounidense en el continente así como “entrega la soberanía de Ecuador al vecino imperialista del norte”.

Luego de que se diera a conocer el fallecimiento de los tres reporteros, tras 28 días de cautiverio, el presidente Moreno señaló al líder paramilitar que gozaba de las diez jornadas como plazo para entregarse ante la justicia de su país. No obstante la amenaza, el jefe insurgente ignoró el ultimátum, y acometió los secuestros de otros dos nuevos ciudadanos.

Poco a poco, tanto las autoridades ecuatorianas como colombianas han entablado convenidos de cooperación conjunta para intentar dar con el paradero del delincuente conocido como Guacho, así como con la mayor parte de los miembros de su banda criminal. Las tareas de exploración y rescate entabladas entre las dos naciones se concentran en estos momentos en localidades del departamento de Nariño como Tumaco y la provincia de Esmeraldas.

Las implicaciones del acto criminal van más allá de la pérdida de vidas humanas. La situación pone en riesgo en manera íntegra el proceso de pacificación de Colombia. Desde hacía varios meses Ecuador se había convertido en garante de las conversaciones de paz entre el vecino gobierno y las tropas del Ejército de Liberación Nacional, conocido por las siglas ELN. En estos momentos, esas negociaciones penden de un hilo, debido a que una de las primeras medidas que adoptara el gobierno de Lenín Moreno fue la de solicitar a ambas partes que no siguiera contando con su territorio como espacio neutral.