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sábado, 12 de mayo de 2018

Diego Tamayo no entiende de miedos

Por Aliet Arzola

Diego Tamayo, natural de Caldas, Colombia, es uno de esos ciclistas que no entiende de miedos, que vive en la bicicleta y sueña siempre con la meta, con cruzar la línea de sentencia enseñando su dorsal a todo el pelotón y luego levantar los brazos al cielo en señal de victoria.

En un momento no muy lejano, Tamayo fue uno de los mejores, quizás el mejor ciclista de montaña, pero hace casi un año vio pasar la vida por delante de sus ojos tras un accidente cuando regresaba de entrenar. Un joven que había consumido drogas fue el culpable del atropellamiento en Lleida, al oeste de Cataluña, de donde Tamayo no salió muy bien parado, con una peligrosa fractura en una vértebra cervical.

Los daños pudieron ser peores, pero por cuestiones de centímetros no quedó totalmente paralítico, confinado a una cama como un vegetal. Por ello, Tamayo afronta con bríos renovados y con mucha ilusión cada día de su vida, eso sí, luego de enterrar los cuestionamientos que se amontonaron en su cabeza sobre si era apropiado o no seguir en el universo de las bielas y los pedales. Tras superar esa sensación de incertidumbre con que viven muchos ciclistas por las escasas medidas de seguridad vial, el colombiano ha demostrado su calidad en la Titan Desert de mountain bike, la ya clásica carrera por el desierto de Marruecos que pone a prueba la preparación física y la capacidad de orientación de los pedalistas.

Con solo unos meses de entrenamiento y sin rodaje competitivo, Tamayo ha enseñado las uñas en las dunas y senderos marroquíes, donde fue campeón hace tres años. Ahora, sin el mismo fuelle de hace algún tiempo, lucha por concluir la carrera en el Top-10, bien cerca de su hermano Sebastián, quien ha logrado competir y plantar cara a los mejores, entre ellos el español Joseph Betalú, líder indiscutible del trazado.

Pero más allá del resultado, lo importante para Tamayo es la oportunidad de volver al ruedo y ponerse a prueba, dejando a un lado cualquier temor. Sin dudas, dicha actitud no solo le ha permitido regresar a las pistas, sino que también lo ha colocado como un ejemplo a seguir en el complejo mundo ciclístico.