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domingo, 1 de abril de 2018

Carros autónomos vs. tormentas solares

Por Mia

Los carros autónomos utilizan el sistema de posicionamiento global para transportarse de una inmediación a otra, despejando al conductor de toda carga de atención que deba prestar durante el recorrido. Las variaciones de temperatura pueden fragmentar la conexión de datos entre el sistema de posicionamiento global y los satélites que proveen información de localización ocasionando problemas para los vehículos sin conductor.

De manera que tanto la nieve como el sol excesivo pueden suponer un problema para la venidera ráfaga de conductores robot, por ello durante el desarrollo de estos prototipos los ingenieros que se dedican al diseño y fabricación deben tener extremado cuidado.

El director del observatorio de gran altitud en el Centro Nacional para la Investigación Atmosférica, ubicado en Boulder, Colorado, Scott McIntosh, indica que para los sistemas de conducción autónoma no convendría en lo que refiere a la programación de un vehículo de 5.000 libras (alrededor de 2.200 kilogramos) dirigiéndolo del punto A al punto B depender exorbitantemente del GPS.

Debido a que si existieran problemas solares, una cifra innumerable de autos estimulados ​​por computadoras se estancaría, necesitando esperar a que volviera la conexión, acerca del tema McIntosh subraya: “Hay muchos elementos involucrados en esto, desde un punto de vista actuarial (…) solo tendrán que suceder un par de accidentes y la industria sufrirá.”

La principal amenaza proviene de las tormentas solares, debido a que las erupciones de extremas cantidades de energía que ocurren ocasionalmente pueden originar un aumento masivo en la radiación y la actividad geomagnética. Estas tormentas no son fáciles de evidenciar para los conductores humanos, y sin embargo pueden seccionar la conexión de datos entre el sistema de posicionamiento global del auto y los satélites que suministran información de orientación.

Las tormentas solares pueden clasificarse en una escala de cinco etapas, donde las más altas de ellas pueden ocasionar la paralización de las redes eléctricas internacionales, dejando satélites fuera de servicio y colapsando las comunicaciones de radio en la zona de la Tierra que se encuentra iluminada por el sol. Por este motivo para la inmediatez futura McIntosh pone todas sus expectativas en pronósticos que incluyan la sinopsis del clima espacial, de manera que los conductores ya sean humanos o digitales puedan tener conocimiento de estas interrupciones, evitando daños colaterales.

Hace alrededor de tres años, el gobierno de los Estados Unidos instaló para poder llevar a cabo por un período indefinido, pruebas con el sol, un satélite en el espacio sideral, a 1 millón de millas de altura. En el momento en que ocurren las tormentas solares, el Centro de Meteorología Espacial estadounidense actúa como una señal de advertencia, que emite una alerta a las aerolíneas, empresas eléctricas, y otras industrias que son en gran medida dependientes de los datos satelitales poniéndoles en aviso. Mayoritariamente la Tierra recibe dicho aviso de unos 30 a 60 minutos antes de que las partículas cargadas emprendan a originar estragos. En septiembre del año pasado el sistema comenzó a dar sus frutos, luego de que el satélite registrara dos eyecciones de masa coronal, donde una de ellas clasificaba como tres en la escala de gravedad se desviaron todos los vuelos con destino a los polos. En la actualidad el sol es menos impredecible, los estallidos de energía siguen un ciclo de cerca de 11 años, el cuál alcanzó su punto máximo en el mes de abril del año 2014, por lo cual el inicio de los vehículos autónomos cree coincidir con un período relativamente sereno.

Existen otros puntos potenciales de problemas solares para los vehículos autónomos. La Tierra se encuentra en la línea de fuego de una sucesión de agujeros coronales, si bien las partículas cargadas magnéticamente del sol habitualmente vuelven a su origen, en estos agujeros no suceden así y simplemente explotan en el universo; probablemente en el automóvil autónomo, aunque el impacto no es tan severo. Por todas y cada una de estas razones los ingenieros responsables de los vehículos automatizados toman medidas para vencer al sol. De ahí que los sistemas de conducción autónomos basen la navegación en un campo de sensores que examinan el entorno inmediato comunicándolo al sistema computacional del vehículo, permitiendo, además, almacenar las variaciones. En el peor de los casos, si existiera una perturbación solar, existe suficiente redundancia para que el automóvil se detenga tranquilamente sin ocasionar daños.