Caminando entre gigantes
Once ciudades y doce estadios serán los principales atractivos de la geografía rusa, cuando a partir del próximo verano, precisamente desde el 14 de junio, dé comienzo la cita deportiva más importante y espectacular del año: la Copa del Mundo de Fútbol. Moscú, Kaliningrado, Volgogrado, San Petersburgo, Kazán, Samara, Sochi, Saransk, Nizhni Novgorod, Rostov del Don y Ekaterimburgo serán las urbes en donde latirán los corazones futboleros de todo el planeta, cuando miles de aficionados las visiten para apoyar a sus selecciones a superar todos los límites de la imaginación y tocar la gloria. El viaje comienza desde ahora, así que mejor nos vamos.
Un total de once ciudades y sus doce estadios serán algunos de los principales atractivos de la geografía rusa, cuando a partir del próximo verano, precisamente desde el venidero 14 de junio, dé comienzo la cita deportiva más importante y espectacular del año: la Copa del Mundo de Fútbol. Moscú, Kaliningrado, Volgogrado, San Petersburgo, Kazán y Samara, entre otras, serán las urbes que verán latir los corazones futboleros de todo el planeta, cuando cientos de miles de aficionados las visiten para apoyar a sus selecciones en un intento por ayudarlas a superar todos los límites de la imaginación y tocar la gloria.
Precisamente con ese mismo espíritu comenzaremos ahora un recorrido para conocer un poco de las diferentes sedes y “catedrales” balompédicas que en esta edición albergarán los 64 partidos del Mundial.
Para comenzar, nos iremos directamente y sin escalas hacia la primera —e inevitable parada— de este largo y maravilloso viaje: la imponente Moscú. Por ello, luego del recorrido en avión, nos bajaremos del en la terminal de Domodédovo, la de mayor tránsito de pasajeros de la capital rusa. Situada como mínimo a una hora de viaje del centro de la ciudad, solo en 2017, por ella viajaron alrededor de 30.7 millones de pasajeros. ¿Nada mal, no?
Al salir del aeropuerto, iremos directamente al corazón de la ciudad para encontrarnos cara a cara monumento que simboliza como pocos la magnificencia moscovita: el complejo de edificios conocido como Kremlin.
Este complejo es considerado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, y los inicios de su construcción datan del siglo XIV. Dentro de sus murallas se encuentran varias de las construcciones más impresionantes del país, como son las catedrales de la Asunción, de la Anunciación y del Arcángel Miguel, así como el Palacio Potesshny, y sus “vecinos” del Senado, del Kremlin, de las Facetas y de los Terems, por citar algunos.
Justo a su lado se encuentra la Catedral de San Basilio, fantástica construcción que sirve como templo ortodoxo, y que todos identifican por sus cúpulas en forma de bulbo. Cerca de allí, al sur, se halla el río Moscova, mismo que da nombre a la urbe; al este está la Plaza Roja, mientras que por el oeste se encuentra el Jardín de Alejandro.
Si nos dirigimos más o menos unos cinco kilómetros hacia el sudoeste del centro, daremos con el lugar en donde se celebrará el partido inaugural y de clausura de la Copa, entre otros. El estadio Olímpico Luzhnikí, cuyo nombre significa a «los prados», en homenaje a los terrenos situados en la curva del río.
Este coloso, que fuera inaugurado en 1956, hoy funciona como cuartel general de la selección nacional, aunque igualmente ha sido sede de grandes eventos como la cita del orbe de Atletismo en 2013,y las finales de la Copa UEFA de 1999 y de la Liga de Campeones de 2008.
De cara al Mundial, el Luzhnikí fue remodelado, motivo por el cual sufrió algunos cambios, entre ellos la desaparición de la pista olímpica y el correspondiente aumento de su capacidad, de 81 000 a 89 000 espectadores.
Al noreste de esta impresionante cancha, está la segunda en importancia de Moscú, la Otkrytie Arena, casa del conocido equipo Spartak. Nada más llegar a sus inmediaciones, descubrimos la imponente efigie del rebelde Espartaco, figura histórica en quien se inspiraron los fundadores del club para bautizarlo.
Finalizada su construcción hace cuatro años, en los terrenos que ocupara el aeródromo Tushino, el Otkrytie –igual que el Olímpico- ostenta la categoría de cuatro estrellas, máxima que otorga la UEFA a los estadios del continente europeo.
Como curiosidad, este «coliseo» no solo cuenta con un terreno de fútbol de más de 46 000 capacidades, sino que dentro de sí mismo contiene también dos estadios de hockey sobre hielo, un escuela de tenis, un complejo de deportes acuáticos, así como varias escuelas de deportes y dos jardines de infantes.
Durante el mes que durará la Copa, está designado para acoger hasta cinco partidos, el primero de los cuales será el duelo entre Argentina e Islandia. Asimismo, el 3 de julio será anfitrióndel último choque de octavos de final, que disputarán entonces el líder del grupo H y el segundo del G.
Si nos queda tiempo, luego de visitar estos inolvidables escenarios del panorama capitalino ruso, podríamos pasear por otros sitios de gran relevancia turística, como son el Museo Nacional de Historia y el de Bellas Artes, el centro comercial GUM, la galería de arte Tretyakóv y el mítico teatro Bolshói.