Sudán, el último de su especie
Sudán, el último rinoceronte macho del norte murió a la edad de 45 años a causa de complicaciones producidas por una afección que venía sufriendo durante las más recientes semanas. La triste noticia fue dada a conocer el lunes, luego de que la salud del animal, que vivía en la reserva natural keniana de OL Pejeta Conservancy, se complicara a finales de 2017, momento en el cual comenzó a sufrir una infección en una de sus extremidades traseras, y aunque se logró recuperarlo bastante a mediados de febrero pasado, hace poco se le detectó una segunda infección de mayor profundidad y por tanto mucho más complicada.
A pesar del intenso trabajo conjunto de los miembros del grupo del Servicio de Conservación de la Fauna keniana y del equipo veterinario del zoológico Dvur Králové de República Checa y (KWS), tuvieron que tomar la difícil decisión de someter al enorme mamífero a la eutanasia, que no era siquiera capaz de estar en pie y que pasaba por un sufrimiento que podía haber resultado demasiado largo.
Incluso antes de que comenzara a complicarse su estado, los veterinarios habían intentado sin éxito que su fuerte inquilino se reprodujera, al punto de que lanzaron una campaña publicitaria en la red social de citas Tinder, con la finalidad de obtener la cifra de 9 millones de dólares, necesaria para el desarrollo de un método de fertilización asistida que pudiera aplicarse a su especie, una vía que hasta la fecha no se había podido experimentar, pero que sin dudas daba esperanzas a los activistas por la conservación de su especie.
El perfil creado en Tinder, Sudán se “describía” a sí mismo como “único”, además de explicar que era el último rinoceronte blanco macho en el planeta. Finalmente cerraba así: “(…) No quiero parecer un aprovechado, pero el destino de mi especie depende, literalmente, de mí. Actúo bien bajo presión. Mido 1,82 metros y peso 2.267 kilos, por si esto importa”.
No obstante, fuentes de la reserva en donde estaba el ceratomorfo, indicaron que habían sido capaces de sacar material genético de su cuerpo, lo cual significa que pudiera a largo plazo haber una salvación para los suyos.
Sudán, un sobreviviente
Sudán, cuya avanzada edad de 45 años equivalía a los 90 de un ser humano, era el representante del género masculino de su especie más antiguo en vida, y al morir este martes en territorio de una reserva natural situada en Laikipia, zona localizada al centro-oeste de la nación africana, dejó como sucesión en vida a dos crías hembras resultantes de su apareamiento con Nasima: su hija Najin, madre a la vez de su nieta Fatu. Antes, en 2015, había muerto su primer vástago, llamada Nabire.
Sus “familiares” y las autoridades ambientales han tenido que lidiar durante años con cazadores furtivos que injusta e innecesariamente persiguen a estos animales y que finalmente han logrado ponerlos al borde de la extinción en busca de venderlos en el mercado negro asiático, en donde a su cuerpo se le atribuyen milagrosas propiedades de curación y aumento de la capacidad sexual.
Nacido el 1ro de enero de 1973, y atrapado cuando aún era una pequeña cría en el Parque Nacional de Shambe, localizado en la misma nación que le dio nombre, Sudán fue trasladado posteriormente a la ciudad de Dvůr Králové nad Labem, en cuyo zoológico permaneció hasta 2009 como una de las atracciones principales. En ese año Sudán, que junto a Angalifu era el menor de los dos únicos machos vivos, se “mudó” a Kenia como parte de un convenio que establecía que nunca más regresaría a su antigua casa del Viejo Continente.