La estrecha relación entre el cáncer y las carnes procesadas
De acuerdo a recientes estudios se confirma una asociación entre carnes procesadas y cáncer. La revista especializada The European Journal of Cancer ha publicado un artículo que aporta nuevas evidencias en relación al riesgo que conlleva este tipo de carnes parea nuestro organismo, en cuanto al riesgo de padecer enfermedades como el cáncer.
El equipo de especialistas pertenecientes al Instituto de Salud y Bienestar de la Universidad de Glasgow, Reino Unido, ha comprobado que el riesgo de cáncer de seno específicamente se incrementó de manera significativa ante el consumo de una cantidad de más de nueve gramos de carnes procesadas al día. Sin embargo, no se halló ninguna relación alguna entre el consumo de carne roja y el riesgo de padecer esta enfermedad.
Los productos alimenticios procesados, especialmente las carnes, son aquellos que se han modificado para mejorar su sabor o alargar su vida útil, por ejemplo: salchichas, tocino, perritos calientes y salami, son solo algunos de estos productos de carnes tratadas. Aunque estos alimentos consiguen gustarnos y darnos una sensación de consumo de proteína con calidad, pueden no hacer bien nuestro organismo, ya que no son del todo saludables.
En el año 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS), confirmó públicamente en un comunicado, producto de una revisión de más de 800 estudios internacionales, que este tipo de productos, especialmente las carnes aumentan el riesgo de cáncer colorrectal.
Por tanto, investigadores y especialistas del tema aseguran que: “Además de los efectos previamente conocidos de la carne procesada en otros tipos de cáncer, esto agrega evidencia adicional de que puede tener un efecto perjudicial sobre el cáncer de mama, particularmente en mujeres posmenopáusicas”. Por ello, es sumamente importante practicar una dieta equilibrada, rica en frutas y vegetales, alimentos naturales o con un nivel bajo de tratamiento industrial. Adquirir nuevos hábitos de vida en el diario es un paso sumamente significativo para mejorar nuestra salud y calidad de vida, principalmente cuando se llega a una edad donde los riesgos a padecer ciertas enfermedades son mucho más altos. Una alimentación más sana y ejercicio sistemático contribuyen a disminuir el riesgo de padecer estos trastornos asociados también al sedentarismo.