El Hulk ruso no soporta sus brazos.
"Pido a Dios la muerte", afirma el joven Kiril Tereshin, quien se hizo famoso por los bíceps gigantes que obtuvo al inyectarse sustancias nocivas. Ahora el joven ruso se enfrenta a la amputación de sus extremidades superiores, ya que afirma no poder aguantar el dolor de sus brazos y piensa que morirá pronto, asegura el diario MK.
"Ya es el fin, pido a Dios que el alma salga de mi cuerpo, no puedo aguantar el dolor", comentó en su cuenta Tereshin, en la red social rusa VKontakte. El joven había cerrado recientemente esa cuenta, luego de anunciar que a causa de sus problemas de salud no quería hablar con sus seguidores. Escribió en aquel entonces que le dolían demasiado los brazos y que su temperatura corporal continuaba siendo alta. Además afirmaba que existía el riesgo de que tuviesen que amputarle las extremidades superiores en las próximas semanas.
Sin embargo, este miércoles Kiril reabrió la cuenta y contó a sus seguidores y amigos que ya no puede soportar el intenso dolor que sufre y que tiene ganas de morir. "Me aplico hielo durante una hora y tomo medicinas tres veces al día", aseguró el joven en su cuenta en Instagram. De acuerdo a sus propias palabras, si los brazos no se recuperan con el tratamiento que está llevando, tendrá que amputárselos lo más pronto posible.
Tiempo atrás Kiril Tereshin se hizo famoso en los medios y redes sociales rusos tras inyectarse en sus brazos una mezcla casera de aceite de oliva, alcohol bencílico y lidocaína, receta que aumentó el diámetro de sus bíceps a unos 58 centímetros. Sin embargo ahora paga las consecuencias de cometer este tipo de locuras sin ninguna supervisión médica, tan solo por querer ser más musculoso.
Es imprescindible que eduquemos más a nuestros jóvenes, desde la familia y los centros educativos, en relación a cuidar y amar sus cuerpos tal y como son. Aunque estos se nos presentan como un gran reto, debido a la fuerte influencia que ejercen los medios y las redes sociales en imponer un patrón de belleza que puede costarle la vida a muchos, tanto hombres como el caso de Tereshin y mujeres que se someten a tratamientos quirúrgicos de ‘belleza’.
