Yerry Mina, referente en las dos áreas
La historia de Yerry Mina va cuajando en el Barcelona tras sus primeros episodios con el club azulgrana, los cuales ha saldado con nota positiva y buenas sensaciones. El pasado jueves el colombiano debutó oficialmente con el conjunto culé en la Copa del Rey, y este fin de semana ya recibió la titularidad por primera vez en La Liga contra el Getafe, partido en el que tuvo notable protagonismo.
El partido no demandó tantas exigencias para Mina en tareas defensivas, sobre todo por la propuesta del conjunto madrileño, encerrado en su área con una telaraña imposible de romper. El central cafetero casi no tuvo trabajo en su área, salvo algunas carreras de Ángel y Shibasaki, en las cuales logró recuperarse tras regates e intentos de disparo de sus rivales. Además, en los balones aéreos que colgaron en busca de remate, Mina se vio solvente en los despejes como líder de la zaga, aprovechando su estatura de 1.93 metros, aunque vio una amarilla en la penúltima acción del encuentro por arrollar a un rival. Precisamente, su complexión física fue muy útil en el área rival, donde remató par de veces con real peligro y rozó el gol.
En sentido general, Mina fue el referente de una zaga emergente en el Barcelona, sin Gerard Piqué (en el banquillo pero tocado), Samuel Umtiti (sancionado por acumulación de tarjetas) y Thomas Vermaelen (lesionado). Al colombiano lo acompañó el francés Lucas Digne en el centro de la defensa, con Jordi Alba y Sergi Roberto por los laterales, una última línea que coincidió por primera vez. Al margen de la supuesta debilidad que ello significaba, se les vio bien y no pasaron demasiados apuros, aunque el Barcelona tuvo cierto desbalance al atacar con muchos hombres y defender con pocos.
A la postre el duelo acabó en un empate a cero con el portero Vicente Guaita como figura, pues mantuvo a salvo su marco en unos 20 minutos finales de mucha insistencia blaugrana. Messi con tiros lejanos y Suárez como revulsivo en el centro del área, incordiaron al meta del Getafe, quien coronó una tarde excelsa para él y para la defensa de su equipo, que dio muy pocas opciones al Barca. Valverde apostó de inicio por las alternativas de Coutinho y Alcacer, y dejó en el banquillo a Iniesta, a quien después tuvo que acudir cuando se acababan los minutos. Igualmente, dio entrada al recuperado Dembelé, cuyo rendimiento quedó muy lejos de las expectativas en el tiempo que dispuso, sin capacidad de desborde y descoordinado. Lejos de su nivel habitual, el Barcelona se quedó en cero y ve como se le acerca en la tabla el Atlético de Madrid, que ha recortado cuatro puntos en par de jornadas.