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jueves, 15 de febrero de 2018

Un único día, pero múltiples maneras de festejarlo

Por Leo

La festividad de origen cristiano que recuerda las obras realizadas por San Valentín de Roma, adopta disímiles formas y fechas en los países donde es rememorada. Algunos pueblos celebran al santo, y respetan al nombre; otros, se conforman con seleccionar una jornada para festejar el amor y la amistad. En Egipto la fecha se celebra cada 4 de noviembre, mientras que en Brasil, el 12 de junio, en coincidencia con la víspera del día de San Antonio de Padua, quien tenía fama de casamentero y constituye símbolo, además de amor, de trabajo, protección, salud. En China, y durante el San Valentín autóctono, denominado “Qixi”, los hombres regalen luciérnagas a sus parejas, como símbolo de amor.

En el caso de Colombia la fecha escogida para la celebración es el tercer sábado de septiembre, y en esa jornada se festeja con un juego similar al del amigo invisible, es decir, varias personas se hacen regalos entre sí sin saber el origen de estos. Es válido señalar que en el país ubicado en Sur de América Latina las parejas utilizan la oportunidad para celebrar su amor con múltiples actividades, entre las que se incluyen tener una cena romántica, ir a bailar, o visitar el cine.

Si de variedad se trata en el continente europeo, no puede dejar de mencionarse a Eslovenia, donde el amor no encuentra ni a San Valentín ni a San Antonio como patronos principales, sino a San Jorge, protagonista de una celebración que sucede cada 12 de marzo. No obstante, ello no es tan extraño como la sorprendente celebración que tiene por sede a Finlandia cada 14 de febrero. Resulta que está mal visto mostrar tu amor en público, pues, para los del país nórdico, la fecha representa un día para celebrar, de manera única y exclusiva, la amistad.

Pese a estos casos particulares, el Día de los Enamorados sigue siendo típicamente occidental, pues se remonta a la Europa germánica, sitio desde donde pasó a los Estados Unidos de América y, de allí, al resto del mundo.

Sin embargo, ello no impide que en China, y durante el San Valentín autóctono, conocido como “Qixi”, los hombres regalen luciérnagas a sus parejas, como símbolo de amor, ya que, según cuenta la leyenda, los amantes Xia Lang y Ji Gu, frente a la posibilidad de que ella fuera obligada a casarse con el emperador Yu, se arrojaron a un manantial del que salieron convertidos en estos insectos.

Al mismo tiempo, en Japón, la tierra del sol naciente, las mujeres acostumbran a regalar varios tipos de chocolates a los hombres el día de San Valentín, pero tienen la particularidad de que los representantes del sexo masculino reciben regalos durante ese día, y no solo de su pareja, pues también amigas y colegas del trabajo se aventuran a dar este tipo de presentes. Entonces, en función de la clase de estos obsequios (mayormente chocolates), los chicos deciden la relación que desean sostener.

Si piensa que las muchachas se quedan sin sus regalos, déjeme informarle que estas reciben su contrapartida, pero solo un mes después, es decir, el 14 de marzo. Ese día tienen lugar los festejos por el Día Blanco, como parte de los cuales los del sexo masculino devuelven los regalos a todas las mujeres de quien recibieron un chocolate el día de San Valentín. Definitivamente, nada barato. De igual forma, se espera que los hombres devuelvan el regalo por uno que tenga, al menos, el triple de valor del que recibieron antes. Los países musulmanes no se quedan atrás, aunque, por lo general, no celebran el 14 febrero, al considerar que esta no es una fecha acorde con su cultura milenaria.