Orlando Duque, de expedición por la Antártida
Hace casi 20 años Orlando Duque comenzó a poner en alto el nombre de Colombia, justamente realizando saltos ornamentales desde los lugares más impensados, y casi siempre a más de 20 metros de la superficie. Ya hoy es un ícono en el país, y como tal se ha sumado a la IV Expedición de Colombia a la Artártida, integrada por cientos de científicos, investigadores y miembros de la Armada Nacional.
Duque, campeón mundial de la primera convocatoria de saltos en Barcelona 2013, ya tiene 43 años, pero sigue activo y a la más mínima oportunidad aprovecha para realizar espectacular piruetas, lo mismo desde un helicóptero, en medio de un eclipse, en el Pacífico, en el Atlántico, en acantilados, en grandes urbes y ahora, en un iceberg de la Antártida. Para lograr este último objetivo y completar al menos un salto en todos los continentes, Duque viaja como parte de la excursión Almirante Tono, la cual salió de Cartagena de Indias hace dos meses y tocó hielo en la Isla del Rey Jorge (más de mil kilómetros al sur de Argentina) luego de bordear la costa pacífica de Sudamérica.
El objetivo de dicha expedición es realizar estudios sobre biodiversidad, cambio climático, oceanografía, hidrografía, cartografía, biología marina, fisiología del cuerpo humano y cultura, y por ello han incluido entre los pasajeros del buque "ARC 20 de julio" –en el cual viajan investigadores y oficiales de México, Perú, Ecuador, Argentina, Austria, España y Nueva Zelanda– a Duque y a Sofía Gómez, recordista universal de apnea. Ellos aportarán datos para conocer las reacciones de los deportistas a las condiciones ambientales cuando practican sus disciplinas. El plan es que Orlando se lance de un iceberg, mientras Sofía buscará llegar a los 100 metros de profundidad, su reto para este 2018, sin dudas dos exámenes extremos que pondrán a prueba la capacidad de estos grandes del deporte colombiano.
En particular, Duque ha explicado la complejidad de la empresa, pues debe enfrentarse a bajas temperaturas que pueden llegar a -50 grados, sin obviar el hecho de que no puede saltar desde cualquier lugar. En primer orden, se debe encontrar un icerberg con las características requeridas en cuanto a altura, y también se debe estudiar la profundidad de la zona de caída, en aras de que existan todas las condiciones mínimas de seguridad. Se prevé que en algún momento del mes de febrero logre concretarse el salto, pues ya en marzo la expedición emprenderá el viaje de regreso a Colombia.
