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viernes, 1 de junio de 2018

Quiero realizar yoga

Por Isabella

El trabajo postural del yoga es una vía para transformar los hábitos inconscientes y liberarse de los automatismos psi­cofísicos. Los que lo practican se han convertido en amantes de este arte de relajamiento y bienestar y no dudan en anunciar sus beneficios de ahí la popularidad que ha alcanzado a nivel mundial.

En apenas unos años el yoga, que antes era una disciplina minoritaria en Occidente ha llegado alcanzar millones de discípulos. Actualmente, alrededor del 12 % de la población colombiana de entre 18 y 65 años hacen yoga de forma habitual. Pero el dato más sorprendente es que el 50 % de la población revela que le gustaría practicarlo. En gran medida estas estadísticas responden a que el yoga no es una disciplina en la que se requiera de una buena forma física ni de una capacidad de flexibilidad para comenzar a practicarlo, incluso ni siquiera demanda material o un espacio determinado. Lo cierto es que esta práctica oriunda de la India y con miles de años de antigüedad resulta apta para todos los grupos de edad, incluso en la infancia o a edades avanzadas, o para recuperarse de alguna lesión. Conjuntamente, el yoga nos educa a relajarnos y a hacer frente al estrés que induce el ritmo de vida actual, perceptible por las prisas y la carencia de tiempo.

El yoga no constituye solo un modo de ejercitar el cuerpo con posturas, sino que incita a la búsqueda del bienestar interior. Por este motivo, una clase de hatha yoga, el estilo de yoga más ejercido en todo el mundo, contiene además ejercicios respiratorios y meditación. La respiración en esta disciplina es más honda y reflexiva por medio de los ejercicios, ya que estos consiguen que todos los órganos absorban mayor cantidad de oxígeno y funcionen excelente. Esta respiración beneficia la eliminación de toxinas, reduce los niveles excesivos de ansiedad, apoya a una mejor digestión e incluso rejuvenece la piel.

La meditación por su parte, consiste en observar los pensamientos y emociones sin pretender controlarlos. No es poner la mente en blanco, sino de organizar las ideas en pos de un equilibrio. De manera que al meditar, el cerebro es capaz de moderar las emociones, de calmarse, eso si este nivel solo se alcanza si se practica diariamente, al menos 10 minutos. El tiempo recomendado para la práctica de esta disciplina se ubica en un margen entre 40 minutos y 1 hora.