Presiones de la desnuclearización
La República Popular Democrática de Corea (RPDC) anunció recientemente en una acción de transparencia total en sus esfuerzos para alcanzar la paz, que en los días 23 y 25 de mayo cancelaran los campos de prueba nuclear de ese país, pero las presiones de los Estados Unidos con respecto a la desnuclearización pueden romper el diálogo pactado
Estas dos naciones tienen diferentes conceptos en torno a la llamada desnuclearización, en Pyongyang significa finalizar el programa de desarrollo de armas nucleares y establecer de esta manera la paz en toda la península coreana. Corea del Norte nunca expresó que eliminará la mayor y más letal arma conseguida en cerca de setenta años de revolución para defender su socialismo. Esta idea la dio a conocer en un comunicado su líder supremo Kim Jong-un, el pasado 27 de abril cuando se reunió con su homólogo surcoreano, Moon Jae-in, en Panmunjom, un pequeño pueblo que divide las dos coreas, dicha reunión se considera histórica como parte de un proceso de restablecimiento de las relaciones en la península. En esta semana comenzará el desmantelamiento del campo de prueba nuclear que se encuentra en un apartado valle deshabitado del norte del país socialista. En tal acontecimiento podrá ser verificado por la prensa extranjera acreditada en esta capital.
Por otro lado, el gobierno de Washington entiende que desnuclearización significa, eliminar las armas nucleares, desmantelarlas y llevarlas hasta suelo estadounidense, en Tennessee, donde se encuentra el principal centro de investigación nuclear. Esto también implica que la República Popular Democrática de Corea desmantele y destruya hasta el último tornillo de su planta de uranio. El secretario de Estado de la Casa Blanca, Mike Pompeo, que visitó hace pocos días la capital norcoreana por segunda vez en un mes, reconoció que el presidente Kim no se ha comprometido con el concepto de desnuclearización al estilo americano.
El diálogo pactado para el próximo doce de junio en Singapur, entre el presidente norcoreano y su semejante de Estados Unidos marca el compromiso de los asiáticos ante la administración Trump y la comunidad internacional de dar respuestas adecuadas para alcanzar la paz en esa tensa nación. Por su parte el presidente estadounidense Donald Trump continúa con la idea firme en cuanto al encuentro.
