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jueves, 19 de abril de 2018

El grupo G, ganar o gustar

Por Idefix

Del jogo bonito de los brasileños, hasta el duro y tosco catenaccio italiano, pasando sin dudas por el revolucionario fútbol total de los "tulipanes" holandeses y haciendo una pausa para admirar los méritos del gegenpressing puesto de moda por el alemán Jürgen Klopp, todas las alternativas de juego presentan sus fortalezas y lados atractivos para los amantes del balompié. Un poco de todo lo anterior podremos encontrar en el grupo G, que integrado por Inglaterra, Panamá, Bélgica y Túnez ofrecerá diferente variante y estilos de juego, que finalmente confluirán en la lucha por alguno de los dos boletos rumbo a los octavos de final.

Entre todos los fanáticos del fútbol siempre ha existido un debate cargado de opiniones y en el cual pocas —o ninguna— de las veces se ha logrado un consenso. ¿Qué importa más, ganar o gustar?

Del alegre jogo bonito brasilero, pasando por el férreo catenaccio italiano, deteniéndonos obligatoriamente en el revolucionario fútbol total de los holandeses y haciendo hincapié en el gegenpressing popularizado por el alemán Jürgen Klopp, todas las alternativas de juego presentan sus fortalezas y lados atractivos para los amantes del balompié.

Pero, obviamente entender a todas estas filosofías futboleras sería un sinsentido sin tratar de imaginarnos las mezclas y combinaciones entre ellas. ¿Cómo sería un equipo defensivo que salga tocando, o un equipo de toque que de vez en vez meta un balonazo?

De todo lo anterior podríamos encontrar evidencias en la penúltima de las ocho llaves clasificatoria en que está dividida la fase final de la próxima Copa del Mundo Rusia 2018.

Compuesta por dos grupos bien definidos en cuanto a calidad e historia, este grupo está encabezado por dos presuntos favoritos como Inglaterra y Bélgica, mientras que por detrás a priori aparecen un debutante como Panamá y un aspirante de siempre como Túnez.

Me atrevería a declarar como cabeza de serie, incluso cuando los belgas llegan oficialmente con esa etiqueta, a la selección de Los Tres Leones, la cual viajará a tierra rusa con una de las generaciones más brillantes de su toda su larga y copiosa historia futbolera.

Los britanos, que en 1966 se coronaran en casa durante una polémica final frente a Alemania —con gol fantasma incluido— han vivido desde entonces a la sombra de aquel título, al punto de que jamás han vuelto a alcanzar la cima en ninguna competencia importante.

Ahora, de la mano de jóvenes pero aun así talentosas y experimentadas figuras, intentará deshacerse de su estigma anti-campeón. Hombres como Alli, Sterling, Dier, Kane, Rashford, Henderson serán los responsables de lograr lo que otros brillantes predecesoras como Lampard, Lineker, Gerrard, Gascoigne y Beckham jamás pudieron.

Por su parte, los Diablos rojos belgas también se las han arreglado para armar un grupo muy serio en sus intenciones, en la que para mí es la mejor camada de futbolistas que han coincidido al mismo tiempo con la camiseta nacional.

Por su puesto que su talón de Aquiles ha sido en sus eventos grandes la incapacidad para lidiar con la presión en los partidos definitivos. Eso les pasó en el Mundial de 2014 contra Argentina, y en la Euro de hace dos años ante Gales, que los goleó luego de remontarles un 1-0.

Es innegable que cuando hablamos de Hazard, De Bruyne, Nainggolan, Mertens, Vertonghen, Dembelé y Courtois estamos refiriéndonos a figuras de altísimo nivel que son capaces de jugar como pocos. Lo que queda claro que es que no les bastará con eso para llegar lejos.

Los itsmeños, que ya hace cuatro años se quedaron a las puertas de la clasificación en la competitiva zona de Concacaf, esta vez sí han convertido su sueño en una realidad, aunque la tarea que tienen por delante se presenta como muy complicada.

Catalogados por muchos como la escuadra más “floja” de su grupo, tampoco es que los panameños sean un pastel para sus rivales, sobre todo si tenemos en cuenta que lograron su boleto en un área en donde tradicionalmente México, Estados Unidos y Costa Rica u Honduras se reparten el botín mundialista.

Su principales —y desgraciadamante, no tan conocidos— referentes son el mediocampista Gabriel “Gavilán” Gómez, el cancerbero Jaime Penedo, los defensores Román Torres y su colega Fidel Escobar, además de los siempre importantes puntas Gabriel Torres y Blas Pérez.

Africanos son los últimos miembros de esta cuarteta: Las Águilas de Cartago, que regresan luego de una prolongada ausencia, apoyadas en el talento de su gran estrella, el mediapunta Whabi Khazri.

Tal vez el reto mayor para ellos, ya que la clasificación está tan difícil, sea lograr su segunda victoria en mundiales, ya que en sus doce apariciones previas solo han ganado un partido.