¿Por qué el Madrid no ha luchado por Cristiano Ronaldo?
Cristiano Ronaldo se va del Real Madrid, a no ser que todas las noticias de los últimos días hayan sido uno de los mejores montajes de la historia. Y Cristiano se va del Madrid rumbo a la Juventus de Turín, club que no aparecía en las quinielas como favorito para hacerse con los servicios del delantero portugués. Además, se marcha por una cifra que ronda o supera por muy poco los 100 millones de euros, cantidad ínfima si tenemos en cuenta su calidad, sus récords goleadores y la revoltura del mercado tras el bombazo de Neymar hace un año, cuando el PSG pagó más de 200 millones al Barcelona para llevarse al brasileño a París.
Pero queda una vez más demostrado que el fútbol se ha convertido en un negocio sin tregua, en el que los intereses personales comúnmente pesan más que las necesidades colectivas de un club, o que el deseo de miles y miles de aficionados que temporada tras temporada pagan enormes abonos para disfrutar de los jugadores de su preferencia. Ese perfectamente puede ser el caso del Real Madrid, que hace una década, cuando estaban inmersos en una de las peores crisis de resultados de su historia, se lanzaron a la caza de Cristiano Ronaldo. Veían en el goleador a una especie de salvador ante la avalancha de títulos y goles que ponían Messi y compañía en la orilla más cercana y odiada: Barcelona.
Nueve años y más de 400 goles después de la llegada de CR7 al Madrid, el club ha decidido dejarle la pista abierta para que vuele, lo cual llama muchísimo la atención, pues el conjunto blanco, si bien lleva tres Champions consecutivas, no tiene un equipo de absolutas garantías. Eso se pudo ver sin muchos problemas en la más reciente campaña, cuando se descolgaron por completo del carro liguero, sucumbieron en Copa ante un rival menor y subsistieron en la Liga de Campeones gracias, precisamente, a la magia goleadora de Ronaldo, quien volvió a cargar al once en hombros hasta el trofeo de Kiev. Sin más referentes en el área, sin que terminen de cuajar todas las promesas por las que ha apostado Florentino Pérez y ya con varias figuras entrando en la recta final de su carrera, la venta de Cristiano deja más dudas que certezas, porque el portugués es el más regular anotador de la historia del conjunto, con todo y sus 33 años.
Entonces, cabe aquí preguntarse por qué el Madrid deja escapar a Ronaldo sin poner tantos pretextos ni trabas. ¿Qué opción macabra maneja bajo la mesa Florentino para aceptar tan calmadamente perder el impacto mediático y comercial que por sí solo despierta Cristiano? Por el momento, no hay muchas pistas al respecto, más allá de los rumores que colocan al Madrid en una cacería furtiva por los servicios de Neymar, Mbappé o Harry Kane, o los tres, o al menos dos de ellos, aunque les cueste en total más de 600 millones de euros. Nada de eso está claro, pero sí ha quedado muy señalado el hecho de que la alta cúpula merengue tiene una relación totalmente fragmentada con CR7, quien ha decidido marcharse pese a la decisión del club de pagarle los 30 millones de euros netos por temporada, una de sus demandas para renovar.
Esta crisis puede tener muchos puntos de partida, desde la supuesta preferencia de Florentino por Gareth Bale y Karim Benzema, o el hecho de que el ego de Cristiano le impida quedarse en España viendo como a su gran rival (Leo Messi) le satisfacen cualquier pedido en Barcelona, mientras él, con un rendimiento estelar, pasa un trabajo enorme para obtener aumento o para lograr que sus socios preferidos (se vendió en su momento a Di María, Ozil, James…) se queden en la plantilla. Todas estas gotas pueden haber llenado una copa bastante profunda en ambos sentidos, porque el Madrid también ha tenido que soportar las declaraciones innecesarias de CR7 en distintos marcos. Eso sí, desde mi perspectiva el club no ha puesto tantas trabas en la salida del portugués porque, a fin de cuentas, lo venderán por un poco más del dinero que les costó en el 2009 (96 millones), ya le han sacado el jugo (450 goles en 438 partidos con la camiseta blanca) en los mejores años de su vida, y su presencia tal vez no permita la incorporación de una nueva estrella que sea el rostro del club en la próxima década.
