Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

jueves, 14 de junio de 2018

El miedo y las fobias en la historia

Por Jacky

Muchas veces hemos escuchado el término fobias, pero no hemos analizado de donde proviene. Esta palabra se deriva de Fobos (en el griego antiguo, pánico). En la mitología griega era hijo de Ares y Afrodita, y la personificación del temor y el horror. Él, su hermano Deimos (el miedo) y la diosa Enio acompañaban a Ares en la batalla. Su equivalente romano era Timor. El miedo está presente durante toda la historia de la humanidad. El hombre teme al dolor, al fracaso, a la soledad, al rechazo, a la crítica, a perder el control, a la vejez, al rechazo, a la pobreza, a lo que no puede explicar, a lo desconocido, pero todos estos se resumen en el miedo a la muerte.

En la Ilíada se le describe así:

Se ve así a Ares, plaga de los hombres, marchar al combate,

Seguido de Fobos, su hijo intrépido y fuerte,

Quien pone en fuga el belicoso más resistente.

Entonces podemos analizar que la fobia y el miedo son resultado de la unión del amor y la guerra. ¿Qué quiere esto decir? Pues que en la medida que amamos algo, tememos perderlo. El miedo está presente durante toda la historia de la humanidad. El hombre teme al dolor, al fracaso, a la soledad, al rechazo, a la crítica, a perder el control, a la vejez, al rechazo, a la pobreza, a lo que no puede explicar, a lo desconocido, pero todos estos se resumen en el miedo a la muerte.

Una serie de historias fruto de la imaginación humana permiten analizar las explicaciones que ha tratado de darle el hombre a sus miedos existenciales. En todas las culturas y civilizaciones hay miedos compartidos: la muerte violenta, lo sobrenatural e incluso, mitos similares en culturas tan lejanas como la azteca y la griega, la celta y los mayas. Explicar la relación entre la humanidad y el miedo es una manera de explicar la relación del hombre con el mundo.

El recorrido comienza con el hombre de Neandertal, que es el primero que realiza rituales fúnebres: antes de enterrar a sus muertos, les quitaba todos los dientes por temor a que el cuerpo cobrara vida y se comiera las entrañas de los vivos. Continúa con seres de mitologías diversas: Medusa de los griegos; el Sátiro de los romanos que después retomó la tradición católica para materializar la imagen de Satanás; el Quetzalcóatl azteca que se extendió por todo Mesoamérica; Lilith, de la mitología judía proveniente de Babilonia; los sacrificios humanos en el México prehispánico y la cultura celta, ente otros. Posteriormente se le brinda un espacio a los vampiros y licántropos con sus bases reales históricas: Blas Tepes Dracul, que inspiró al conde Drácula y su literatura; y Elizabeth Bathory con sus baños de sangre. Todas las figuras relacionadas con el miedo o la maldad, tienen como hilo común la sangre, es decir, la vida y su pérdida; por ejemplo, la serpiente emplumada Quetzalcóatl y la mujer con cabellos de serpiente Medusa; el dios murciélago tolteca Camazotz y la figura mesopotámica de Lilith, cuyos hijos chupan la sangre de los viajeros.

Es sorprendente también, la similitud de creencias referidas al miedo, entre culturas y pueblos distantes: la figura del hombre lobo existe entre los romanos, los etruscos y se relaciona con los indios de Norteamérica a través del mito del Wendigo, e incluso se puede ligar a la figura del chupacabras. La historia de la sangre está presente en todo el mundo, el miedo es parecido por que el ser humano es el mismo y su relación con la naturaleza es la misma. En India, en Europa, en América, existe la figura de los vampiros, ya sea con cabeza de murciélago o una bestia con colmillos. En el año 1100 a.C., los romanos creían en el vampiro y el hombre lobo, y tratados científicos antiguos incluso afirman la existencia del lupus uminarius, palabra en latín para hombre lobo, cuya existencia afirmaban real. La licantropía se relaciona también con la teriantropía egipcia, un ejemplo está en el dios Horus; Baital, el vampiro Indú se puede comparar con Camazotz: ambos son mitad hombre, mitad murciélago; la mujer vampiro de Filipinas Mananaggal, que se transformó en la bruja que chupaba a los niños durante la noche en la época virreinal. El miedo se transforma a través del tiempo y con la cultura; por ejemplo, la religión católica trajo el miedo al diablo, que fue adoptado por los nativos americanos con relación a sus propios dioses.

En etapas posteriores vemos al hombre que, en su afán por poseer la raíz del miedo y transformarlo en una fuerza propia, debe signar pactos con el diablo, hacer magia negra, conjuros, hechizos, etc. O, en contraparte, convertirse en aquel que caza a quienes han hecho pactos. Vemos entonces, tumbas de personas que en vida se creyeron vampiros y cómo han sido profanadas para, con rituales, evitar que vuelvan de la muerte; personajes como Van Helsing el caza vampiros y otros de raíz histórica.

Aunque en el siglo actual puede verse que se conservan la mayoría de estas leyendas, otros miedos se hacen más reales: el miedo a la guerra y sus consecuencias a causa de los desastres causados por las guerras mundiales, el miedo a la violencia, a la posible y cercana destrucción del mundo. Miedos todos infundados por el propio temor a la muerte.