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viernes, 18 de mayo de 2018

La caducidad prematura de los aparatos tecnológicos

Por DianaLeon

Los dispositivos electrónicos como ordenadores, móviles, tabletas y aparatos electrodomésticos, por lo general, caducan antes del tiempo que se supone que deban hacerlo, y es que los fabricantes incluyen partes y componentes que dejan de funcionar pasado un tiempo menor al debido y cuya reparación se convierte en un calvario. Es por ello que dos de las principales asociaciones de usuarios (OCU y Facua) exigen una normativa que garantice la perdurabilidad de dichos productos.

Los nuevos dispositivos electrónicos como ordenadores, móviles, tabletas u aparatos electrodomésticos por lo general caducan antes del tiempo que se supone deban durar, y es que los fabricantes incluyen componentes que dejan de funcionar pasado un tiempo y cuya reparación se convierte en un calvario.

Es por ello que dos de las principales asociaciones de usuarios en España (OCU y Facua) exigen una normativa que garantice la perdurabilidad de esos productos, que se asegure la reparación de los mismos, se permita la competencia en las restauraciones y se evite, así, el problema que generan los residuos tecnológicos. En California, la propuesta de esa ley ha puesto en alerta a las compañías.

La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) lanzó la campaña Larga vida a lo que compro y explicó que son habituales las reclamaciones por móviles de alta gama que se quedan obsoletos en pocos años o por aparatos y componentes de estos que dejan de funcionar luego de poco tiempo de uso y no se pueden reparar.

La organización reclama entonces una legislación que ponga freno a la obsolescencia prematura de los dispositivos en favor de un modelo económico más sostenible y que, de igual manera que establece que un producto debe ser seguro, obligue a que sea duradero y reparable. Con esa medida se evitaría el bajo rendimiento de la inversión en dispositivos tecnológicos y disminuir el impacto medioambiental que genera la fabricación en masa de aparatos de ese tipo y la basura acumulada de los que se quedan obsoletos.

Según señala Jesús Benítez, del servicio jurídico de Facua, la normativa aplicable ahora en España sobre productos de naturaleza duradera es poco clara, por lo que reclama una legislación que asegure un adecuado servicio técnico y disponibilidad de repuestos.

El derecho a reparar se ha transformado en una amplia reclamación en Estados Unidos, donde 17 estados lo han regulado. El estado de California, sede de las principales empresas tecnológicas, busca sumarse para facilitar la restauración de dispositivos, bajo el argumento de que la solución de averías sería más barata y rápida, con más talleres tecnológicos disponibles para los usuarios, se reducirían los residuos y se favorecería la innovación. En ese sentido, la gran compañía Apple se pronunció sobre la regulación cuando alegó que la libre disponibilidad de componentes facilitaría la piratería.

La OCU, en su actual campaña para exigir la prolongación de la vida útil de los aparatos, delimitó los aspectos que debería incluir la legislación española:

Que el producto sea diseñado de manera que no haya piezas de calidad deficientes que se deterioren de forma prematura, que sean demasiado frágiles para el uso normal o que tenga un ensamblado con materiales que impidan su apertura para reparación.

Que reparar el aparato o sustituir los consumibles o baterías sea posible y tenga un coste marcadamente inferior al de comprar un producto nuevo.

Que la garantía del producto, así como del software y su actualización, sea superior a los dos años obligatorios que hay actualmente en España y que sea real.

Que los fabricantes informen de la vida media prevista del producto, sus posibilidades de reparación, el tiempo de soporte previsto para la actualización del software o cómo se debe proceder para el correcto reciclaje.